La defensa de los derechos humanos es un buen
negocio, una pega rentable o un “curro”, como suelen decir en Argentina, donde
justamente acaban de tumbar una gran mentira que se ha repetido durante los
últimos 40 años. Se trata de la cifra de 30 mil desaparecidos que supuestamente
fueron víctimas de la dictadura que gobernó el país entre 1976 y 1983. A
propósito del día de la memoria, el gobierno de Javier Milei difundió una
entrevista con el ex guerrillero del grupo peronista “Montoneros”, Luis
Labraña, quien confesó haberse inventado ese número con el objetivo de
conseguir fondos para la organización Madres de Plaza de Mayo. Dijo que cuando
cayó el régimen militar fueron a Países Bajos en busca de ayuda económica. En
ese momento se hablaba de cuatro mil desaparecidos (los cálculos más acertados
afirman que fueron 2.500) y las autoridades holandesas contestaron que era muy
poco para hablar de genocidio y que volvieran cuanto tengan más. “Ya, ponganle
30 mil”, dijo Labraña en un video que se ha difundido y ha causado escándalo en
Argentina. El mismo admite que el negocio de los derechos humanos es muy
rentable y mucho más ahora que la victimización se ha extendido a muchos otros
grupos, menos a los que verdaderamente sufren violencia, como suele decir el
salvadoreño Bukele cuando lo critican por reprimir a los pandilleros.