El ex ministro Carlos Romero es radicalmente
distinto al ex vicepresidente Àlvaro García Linera.Bueno, no exageremos, pues
el haber formado parte de un gobierno tan nefasto pone a ambos a la altura del
lodo. Pero al menos el “ojitos de Guapurú” es profesional, no se inventó ningún
título y fue investigador durante varios años de una importante institución
alineada con la izquierda en Bolivia (de esas que tratan de adaptar la realidad
a sus teorías y no al revés). El falso matemático nunca dejó de ser un ser
extraño dentro del MAS y se valía del adulo para ganarse la confianza del
cocalero narcisista. Lo comparaba con los dioses, con los astros y decía que
Evo era el predestinado para conducir el país. Ahora que el ciudadano de
Orinoca se siente envalentonado y que cree que se ha restablecido su imagen,
aparece Romero con lisonjas muy parecidas a las de García Linera. Dijo que
Morales es un “líder mesiánico” que posee poderes sobrenaturales y que cuenta
con el apoyo de la población tras haber liberado a Bolivia del colonialismo.
“Sí o sí tiene que ser con Evo. Se lo ve en las imágenes, pero sobre todo
cuando uno está en el lugar, la irradiación de una energía que converge en
torno a ese núcleo”, dijo el ex ministro, que no parecía haber fumado nada
raro.