Enfoques

Homo-Bellum

Homo-Bellum
Jhonny Varga | Politólogo y docente de Postgrado
| 2024-07-05 01:31:18

Existe una interrelación necesaria entre el hombre, "homo" en latín, y la guerra, "bellum". Hay una frase en latín que dice: "Si vis pacem, para bellum" (si quieres paz, prepárate para la guerra). Hoy, la tecnología de las nuevas armas hace caduca la diplomacia y la política. Ningún imperio ha sido permanente hasta ahora; eso nos demuestra la historia. Vivimos en una última década brutal y decadente; estos tiempos son complejos y también aburridos. Pareciera que todo el mundo vive sin darse cuenta de que su propia existencia está en peligro. Ese aparato llamado celular nos mantiene totalmente distraídos y entretenidos, sin percatarnos de que estamos al borde de un conflicto bélico global inminente. Todos ocupados en nuestras vidas y en el celular, mientras el escenario bélico mundial se configura a un ritmo acelerado.

Rusia, en la ONU, expresa que el ataque contra civiles en Sebastopol no quedará sin respuesta. La escalada bélica es cada vez más intensa. Ucrania está utilizando armamento moderno proporcionado por EE. UU. para sus ofensivas militares, mientras Rusia utiliza mini bombas nucleares, arrasando por completo pequeñas ciudades en Ucrania. La Tercera Guerra Mundial empezó hace tiempo; el mundo se ha dividido en dos bloques (OTAN – BRICHS). EE. UU. está lanzando ataques a Rusia desde territorio ucraniano, mientras aeronaves y buques rusos realizan ejercicios militares. El mapa global se complica: una chispa puede hacer estallar una declaración de guerra formal. Todos se preparan para un enfrentamiento: por un lado, el bloque encabezado por Rusia, China, Irán y Corea del Norte; por otro, el bloque liderado por EE. UU., Inglaterra, Israel y Corea del Sur. El conflicto en Gaza es solo una parte de un teatro de guerra global.

Una vez iniciado el conflicto, todos estaremos implicados, aunque los hechos bélicos se den a miles de kilómetros de distancia. Las repercusiones se sentirán en instituciones, estados, zonas geográficas y regiones específicas de Latinoamérica. Uno de esos hechos será la migración masiva de ciudadanos de esas regiones hacia el Cono Sur, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. Muchos se refugiaron en estos lugares. China se prepara para invadir Taiwán, EE. UU. blinda la Florida por miedo a Putin, y Rusia rearma a Corea del Norte para desafiar a EE. UU. Biden se hunde después del debate con Trump, buscan reemplazarlo a toda costa; esto parece ser un hecho consumado, porque todo es geopolítica. El regreso de los Obama al escenario de la política mundial es un hecho.

EE. UU. quiere a China y Rusia fuera de Latinoamérica. En el fondo, es una pugna por el control de los recursos naturales. El mercado global se vitaliza por medio de la codicia de las élites económicas globales. La economía de guerra es el lubricante para impulsar la economía global, al menos así parece haberlo decidido las potencias. La producción de armamento tiende a subir mientras exista demanda, con tres focos bélicos activos en todo el orbe, y mientras los precios sean relativamente altos. Europa está decidida a renacer sobre la base económica de una conflagración mundial. Al surgir la escasez, el consumidor global está dispuesto a pagar más por aquello que quiere adquirir, como terrenos, alimentos, medicamentos y armas. Esto hace subir los precios nuevamente y aumenta la producción a escala global.

La lucha por recursos naturales, materias primas, bosques amazónicos, terrenos para construcción y reconstrucción masiva desempeña el papel más importante en la política mundial. Para conseguir esto, no importa utilizar la religión, la ideología y hacer que el hombre se convierta en lobo del hombre. Sin embargo, la economía de guerra, una fase superior al imperialismo, demuestre ser incapaz de frenar oportunamente el apetito de lucro y ganancia de las élites globales. La producción y preparación en masa para la guerra, más el ritmo de funcionamiento y control de los factores externos del mercado, resultarán demasiado lentos para predecir el impacto real de las consecuencias de una guerra global descontrolada. Las depresiones económicas azotarán primero a Europa. Las crisis económicas y estallidos sociales harán presa de la sociedad latinoamericana con todos sus rigores.

La economía de guerra será inepta para resolver los problemas de la decadencia global. Nadie puede ser civilizado en una economía de guerra; es la ley de la jungla, sálvese quien pueda. Perderemos nuestra humanidad, y el homo-bellum se apropiará de nuestro ser y nuestra visión del mundo. Apaciguar el espíritu del homo-bellum es una misión imposible. ¿Es necesario que esto ocurra? No lo creo. Existe un plan perverso para incitar y configurar un escenario global, con una agenda 2030 muy bien establecida. Nadie nos rescatará en las horas de mayor peligro; el reloj marca casi la medianoche. La chispa puede encenderse en Medio Oriente, en los Balcanes o en el continente americano, en cualquier parte. Lo cierto es que nada volverá a ser como antes.

Jhonny Varga | Politólogo y docente de Postgrado