La Organización Boliviana de Defensa y
Difusión del Folklore (Obdefolk) ha iniciado una campaña internacional que
busca algún tipo de sanción contra Perú, país al que acusa constantemente de
plagiar algunas danzas bolivianas. A pesar de que la Unesco ya respondió a la
demanda y elegantemente dijo que no se mete en chiquilladas, estos defensores
del nacionalismo folclórico siguen insistiendo, cuando lo que deberían hacer es
vengarse. Ahora que estamos en crisis podríamos vengarnos copiando el modelo
peruano, abierto a las inversiones, promotor de la diversificación económica, la
seguridad jurídica, el respeto a la propiedad, ventajas que le han permitido un
crecimiento sostenido durante las últimas dos décadas, que ha sido capaz de
sortear la constante inestabilidad política. Gracias a que tiene uno de los más
bajos índices de “riesgo país” de la región, Perú ha sido un destino atractivo
para la inversión extranjera directa (IED) debido a su estabilidad económica y
a las políticas favorables para los negocios. Es cuestión de hacer copy-paste y
nadie se va a enojar por eso.