Editorial

Un laberinto de excusas frente a la crisis

Bolivia atraviesa una tormenta económica que parece no tener fin. El reciente récord histórico del riesgo país, alcanzando los 2.102 puntos...

Editorial | | 2024-07-26 00:21:56

Bolivia atraviesa una tormenta económica que parece no tener fin. El reciente récord histórico del riesgo país, alcanzando los 2.102 puntos, el mayor de América Latina, es una señal alarmante de la profundidad de la crisis que enfrentan los bolivianos.

Este aumento desmedido se produce en un contexto de incertidumbre política y económica, exacerbada por el falso golpe de estado que ha sacudido el panorama nacional. Sin embargo, más allá de los números, lo preocupante es cómo el gobierno ha ido respondiendo a esta creciente crisis con medidas que, en el mejor de los casos, han demostrado ser ineficaces.

A pesar de los atisbos del gobierno para presentar soluciones a los problemas económicos, como la adhesión al Mercosur, visitas diplomáticas y anuncios de descubrimientos prometedores, los resultados han sido decepcionantes. La falta de impacto positivo de estas acciones no es una simple coincidencia; es una evidencia de que las medidas adoptadas no abordan las causas fundamentales de la crisis económica. El daño en el país supera cualquier acción a corto plazo que el gobierno pueda tomar, evidenciando una pérdida de credibilidad en su capacidad de gestión.

La situación es aún más grave cuando se considera la escasez de diésel, que ha afectado significativamente al sector agropecuario. La Confederación de Cañeros de Bolivia ha advertido sobre el riesgo inminente para la zafra y la producción de etanol debido a la falta de combustible. La incapacidad del gobierno para garantizar el suministro de combustible y su respuesta insuficiente a este problema reflejan una preocupante falta de previsión y gestión eficiente.

El impacto de la crisis también se manifiesta en la devaluación del boliviano y el aumento del dólar en el mercado negro, que ya supera los Bs 11. La disparidad entre el tipo de cambio oficial y el mercado negro no solo encarece los productos básicos, sino que también evidencia un desajuste grave en las políticas económicas del gobierno. Los opositores alertan que la situación podría empeorar aún más, con proyecciones de que el dólar podría alcanzar hasta Bs 15 a fin de año. Este escenario alarmante pone en evidencia la incapacidad del gobierno para manejar la inflación y la escasez de divisas.

Adicionalmente, la reciente medida de la ASFI, que limita las comisiones para transferencias de divisas al exterior, ha generado más problemas que soluciones. Los economistas advierten que esta normativa podría agravar la escasez de dólares y otras divisas, dificultando aún más las operaciones de importación y exacerbando el desabastecimiento en diversos sectores.

La situación económica en Bolivia no solo se deteriora cada día, sino que el gobierno parece estar más enfocado en encontrar excusas que en abordar la crisis de manera efectiva. La falta de medidas concretas y la continua evasión de las verdaderas causas del problema reflejan una gestión económica que no solo es ineficaz, sino que parece desorientada en su estrategia para enfrentar una de las crisis más severas que el país haya enfrentado en su historia reciente. La ciudadanía sigue esperando respuestas y soluciones reales, en lugar de promesas vacías y explicaciones insatisfactorias.