Editorial

Arce y Maduro, juntos y revueltos

Collera es una herramienta que usan mucho en el campo los que domestican animales. Se trata de un lazo hecho de cuero para mantener unidos...

Editorial | | 2024-08-01 00:10:00

Collera es una herramienta que usan mucho en el campo los que domestican animales. Se trata de un lazo hecho de cuero para mantener unidos ya sea a dos vacas, dos caballos o dos perros. Cuando las bestias están “acollaradas” se evitan problemas, pues el individuo más calmo y más estable tranquiliza al otro y no lo deja ir por su lado. Los que entrenan sabuesos de caza amarran al novato al cuello del experimentado y éste lo arrastra, lo obliga a seguir a las presas hasta que aprende a actuar por sí solo.

No hay que confundir la collera con el yugo que le ponen en el cuello a los bueyes que son conducidos por un arriero. El tema es que uno arrastra al otro, tal como están en este momento los destinos de Venezuela y Bolivia, acollarados por la dictadura, por los abusos, la crisis económica y el fraude, aspectos que están llevando a la muerte (eso esperamos) de los regímenes responsables de verdaderos desastres humanitarios.

Lo ocurrido el pasado domingo en Venezuela confirma que el libreto aplicado en 2019 por el cocalero Morales es de fabricación venezolana con patente cubana, por supuesto. Se trata de una estrategia que la dictadura chavista viene aplicando desde que llegó al poder hace 25 años, tiempo en que ha empobrecido al pueblo, ha obligado a huir del hambre y de la persecución política a millones de ciudadanos y ha dejado en la destrucción total a la economía del país.

El uso de la misma metodología está causando los mismos estragos en Bolivia. La escasez se ha apoderado del país, la inflación comienza a destrozar los ingresos del trabajador y no tardan en aparecer los mismos fenómenos que se repitieron en todos los países que abrazaron el socialismo de la mano del castro-chavismo, un régimen político que está en agonía pero que se aferra con uñas y dientes al poder.

La abrumadora votación en contra de Maduro refleja fielmente el enorme rechazo que ha acumulado el chavismo, dotado de una fuerza militar y policial que seguirá intentando reprimir a la población que rechaza el fraude, para conseguir el mismo objetivo de Cuba, país al que también estamos atados y que representa el espejo de lo que nos pasará más pronto que tarde si no terminamos de una vez por todas con esta pesadilla. Bolivia estuvo a punto de hacerlo y en todo caso nos hemos desecho de gran parte del problema, pero el peligro no ha desaparecido.

Es por eso que Luis Arce apoya a Maduro, aprueba el fraude y respalda que la dictadura siga matando a su gente con tal de perpetuarse. Es la prueba más clara de que está dispuesto a hacer lo mismo con el pueblo boliviano, que intentará seguir en el poder apelando a todas las trampas posibles y que no le importa si la economía sigue destruyéndose, la gente padece hambre, pierde su trabajo y termina huyendo del país. Los bolivianos tenemos una ventaja muy grande. Ya tenemos experiencia en hacer escapar a los tiranos.