El presidente de Estados Unidos arrastra los
pies, camina con dificultad, tiene problemas para hablar y confunde las cosas,
al extremo de que llamó Vladimir Putin al presidente de Ucrania. Pese a tantas
dificultades su gobierno mantiene el control de la economía, conduce con
normalidad los temas estratégicos y pese a que hay muchas críticas, nadie puede
decir que la administración de los demócratas es un desastre ni mucho menos.
Sin embargo, desde todos los rincones lo han tildado de incapaz para gobernar la
nación, lo forzaron a renunciar a su candidatura y la clase política
estadounidense y de todos lados ha aplaudido su decisión de tirar la toalla.
Todos esos que han aplaudido a Biden por renunciar, deberían darse una pasadita
por Bolivia, evaluar el gobierno y a su presidente y a lo mejor nos dan una
idea de lo que se puede hacer. Aquí tenemos a gente en pleno uso de sus
facultades psíquicas y físicas, pero nos están llevando a la catástrofe. Menos
mal que algunos ya están haciendo algunos diagnósticos acertados y
recomendaciones muy cabales.