Bajo el penoco

El poder al desnudo

| 2024-08-21 00:39:54

El ex presidente argentino Alberto Fernández tiene pinta de todo menos de libertino. Su incapacidad para gobernar le brota por los poros, alumbra por su pusilanimidad y cuando abre la boca no hace más que confirmar las sospechas que genera su pinta. El líder peronista es la confirmación (no la mejor) de que el poder es el mejor afrodisiaco que existe, pues convirtió a la casa de gobierno en una pasarela, donde hacía desfilar a señoritas de muy buena presencia que no tenían reparos en expresar su amor a viva voz, confesiones que han quedado grabadas en su teléfono celular, al igual que las fotos de su ex pareja, a la que le daba otro tipo de trato. Era tal su sex appeal, que ni su propia víctima o las connotadas feministas que lo rodeaban y que integraban su gabinete, se atrevieron a denunciarlo y optaron por disfrutar los placeres que prodigaba el Don Juan, quien ha pedido a las redes sociales, a Google y a toda la comunidad digital, que se abstenga de divulgar videos íntimos grabados en su teléfono, un artefacto que además de ayudarnos a mostrar quiénes son realmente los políticos, está brindando una cooperación invaluable para combatir la impunidad.