Se dice que los líderes nacen, no se
hacen, y que aquellos realmente efectivos poseen características innatas que
los distinguen. Un líder por ascendencia es alguien que, aunque no sea popular
ni compartamos sus ideas, ejerce tal influencia que le otorgamos nuestra
confianza. Pero también existen quienes nacen con la capacidad innata de
guiarnos a la tierra prometida. Y cuando esos seres iluminados emergen, como
Evo Morales, ¿qué hacen? Le dicen al pueblo ignorante, pobre y necesitado qué
hacer, cómo pensar y, por supuesto, a quién idolatrar. Así que, no importa si
no comparten sus ideas; lo importante es que se sometan, porque ellos
"logran que las cosas sucedan".
En Bolivia, la ignorancia y los líderes
fabricados han predominado durante los últimos 24 años. Esos
"líderes" son productos de talleres de ignorancia. ¡Sí! Ignorancia,
esa gran amiga de las masas, que se ha aferrado al pueblo boliviano con la
misma fuerza que un político a su silla. Lamentablemente, gran parte de la
población ha sido abrazada por una ignorancia que les impide identificar a sus
verdaderos adversarios. Esta ignorancia frena el desarrollo y provoca que
muchos vean como enemigos a aquellos que realmente son sus amigos. Mientras la
ignorancia reina, el pueblo no sabe quién es su verdadero enemigo. Así, los
bolivianos siguen dando palos de ciego, atacando a los amigos y abrazando a los
verdugos. ¡Una estrategia infalible para mantener el status quo!
Un ciudadano que desconoce lo que ocurre
a su alrededor vive en las nubes. No tener idea de las cosas o no querer saber
lo que ocurre porque le molestan las malas noticias convierte a las personas en
ignorantes, presas fáciles de quienes desean mantenerlas en el limbo. Estar a
oscuras permite que el ignorante sea guiado por la voluntad de quienes se
benefician de su inexperiencia, ingenuidad y apatía.
La ideología del MAS se ha introducido y
mantenido como resultado de liderazgos surgidos de las ambiciones de poder de
figuras como Tuto Quiroga y Carlos Mesa, o de un gringo-boliviano millonario que,
tras una primera gestión presidencial excelente, quiso repetir la experiencia
porque el poder le proporcionaba más éxtasis que su propio dinero. Incluso un
ex presidente del Tribunal Constitucional de Bolivia cumplió con el mandato de
convocar a elecciones para recuperar la democracia en un momento en que esta
estaba en decadencia. ¡Cuántos ejemplos de altruismo y servicio al país
tenemos, envidiable! (Es ironía, no se la crean).
Desde 2005, mantener a los oprimidos en
la ignorancia ha permitido a sus verdaderos opresores moverse con total
libertad. Allí donde la ignorancia impide a los marginados deliberar, entender
y elaborar ideas, no hay posibilidad de que comprendan la causa de su miseria,
ni mucho menos de que puedan analizar la realidad y los problemas para
encontrar soluciones. La estrategia del Socialismo del Siglo XXI es clara:
aumentar la pobreza, incrementar la ignorancia y proyectar la imagen de un
salvador que nació, creció, robó y violó en una sociedad promiscua, abandonada
por gobiernos de una élite social que dominó gran parte de la historia de
Bolivia.
Desconocer lo que es favorable solo a
quienes mantienen al pueblo en la oscuridad posibilita la creación de
"líderes" que no son más que artificios producidos por la habilidad
de politiqueros engañosos. Y este es el gran peligro que enfrentamos los
ciudadanos bolivianos.
En este teatro de lo absurdo, los líderes
verdaderos son una especie en peligro de extinción. El verdadero líder debería
ser alguien que entienda y defienda los intereses de su gente, alguien que
inspire confianza y respeto. Pero, ¡oh, sorpresa!, el único que más o menos
cumplió estos requisitos fue Evo Morales, quien, después de un tiempo, se creyó
un semidiós y nos demostró que el poder puede convertir a cualquiera en un mitómano
autoritario. Gracias al poder, creyó también que le llegaba la sabiduría, la
impunidad y una falsa valentía.
Mientras tanto, la oposición boliviana
nos ha deleitado con una serie de "líderes" falsos, cuidadosamente
fabricados en laboratorios de politiqueros. Esos líderes no son más que
marionetas, diseñadas para servir a intereses contrarios a los del pueblo. ¡Qué
maravilla verlos en acción, engañando al pueblo con sus caras de hipócritas!
Todos saben que Mesa fue siempre el
articulador de la izquierda en Bolivia. Fue quien se comprometió con Chávez
para hacer presidente a Evo en 2005 y en 2019 para que volviera el MAS,
cerrando su macabra apariencia de opositor, generando una campaña millonaria
financiada por el Foro de São Paulo para convertirse en el "Voto
Útil", aprovechándose de la ignorancia política de un pueblo cruceño que
contribuyó a este fin.
Esta es nuestra realidad actual. Con una oposición basada en los mismos ex candidatos de siempre y un oficialismo dividido entre narcos y corruptos, Bolivia está a la deriva. Es hora de un liderazgo que crea en la libre empresa, en la libertad económica, en la seguridad jurídica y en la generación de riqueza. Porque, al final del día, la única forma de salir de este laberinto de mediocridad es rescatar los valores que los malos líderes se han encargado de enterrar.