El régimen de Nicolás Maduro ha sido
descrito como una "máquina de terror" debido a la intensificación de
la represión tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Este
término refleja la evolución de un aparato estatal que ha pasado de utilizar
tácticas represivas a una escala más amplia y brutal, buscando infundir miedo y
sofocar cualquier forma de disidencia. El uso de detenciones arbitrarias,
persecuciones y la violencia desatada por fuerzas como el SEBIN y la DGCIM son
ejemplos claros de lo que está haciendo la dictadura para imponer su fraude.
Las protestas que surgieron después de los comicios fueron enfrentadas con una
brutalidad que dejó 27 muertos y miles de detenidos en pocos días. Además, el
régimen ha cerrado medios de comunicación, bloqueado redes sociales y
perseguido a periodistas y activistas dentro y fuera de Venezuela. Este aumento
en la represión refleja la desesperación de un gobierno que busca mantenerse en
el poder a cualquier costo, utilizando el terror como su principal herramienta
para silenciar a la oposición y mantener el control sobre la población. En
Bolivia todavía hay quienes aseguran que eso no va a pasar, pese a que el
libreto del MAS es copiado de Venezuela.