¿Quiénes son?
¿Qué es ser un líder? En realidad, una persona ejerce liderazgo para ser líder. El liderazgo es un conjunto de habilidades que sirven para conducir y acompañar a un grupo de personas, ambos. Al hacerlo, el líder debe ser capaz de influenciar en su grupo, proporcionar ideas innovadoras, y motivar a cada participante a sacar lo mejor de sí.
Ahora bien, hay varios tipos de liderazgo político. Desde un líder autocrático como Evo Morales hasta un líder democrático como Carlos Mesa. Ahora bien, hay líderes y líderes.
Un buen líder político implica habilidades como la toma de decisiones, la comunicación efectiva y la capacidad de motivar a otros para lograr metas políticas. Debe ser capaz de ser inspirador, demostrar integridad y hacerse acreedor de la confianza ciudadana. También debe ser visionario, estratégico y estar dispuesto a escuchar y tener en cuenta diferentes perspectivas. Además, debe ser capaz de construir alianzas políticas con aliados y adversarios y trabajar en equipo para lograr objetivos comunes. Esto quiere decir, en el contexto boliviano, que muchas personas que se creen líderes no lo son porque no reúnen las características mencionadas, o son líderes poco efectivos.
Ahora bien, hay líderes políticos como también empresariales, gremiales, de medios de comunicación que, como parte de su función, ejercen ciertas habilidades políticas. Igual deben tener una capacidad de comunicación, una visión estratégica, integridad, toma de decisiones, etc. ¿Dónde están? ¿Dónde están los “líderes” del Comité Pro Santa Cruz, de la CAO, los gobernadores y alcaldes de oposición, de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, de las universidades, de los medios de comunicación? Menciono a líderes de la oposición porque los que son oficialistas, por definición, obedecen solamente a un liderazgo que está en la silla presidencial.
Muchos de estos “líderes” en realidad no lo son porque no tienen una visión estratégica, les falta integridad, no saben ejercer autoridad y don de mando y, en conclusión, no tienen la confianza de la gente o son oficialistas. Hay otro grupo, que sí son efectivos, pero temen represalias de parte del gobierno que son reales.
¿Quiénes son los del primer grupo? Muchos, como es de esperar. Todos se creen salvadores y se respeta su pensamiento o posición. La mayoría de los pre candidatos creen tener liderazgo, pero no cumplen con los mínimos atributos para ser líderes efectivos. Resumamos algunos de manera más simple e invito al lector a que haga su propio análisis. ¿Cuál de ellos tiene capacidad de comunicación, carisma, integridad, visión de futuro, alta capacidad de análisis y saber enfrentar y resolver problemas complejos, empatía, y habilidades para tomar decisiones? Pierden su tiempo en ver quién será el candidato cuando, en el presente, pueden más bien dedicarse todos a apuntar al adversario (el MAS) y debilitarlo. Además un líder ejerce liderazgo en todo momento, continuamente. Los líderes políticos no solamente se exponen al público cuando se avecina una elección. A estos se los llaman “figuretis”, o su objetivo es obtener alguna diputación o ministerio para asegurarse un trabajo por un tiempo, tener cierto poder e influencia, y la esperanza de hacer unos billetes demás.
¿Cómo se rescata al segundo grupo? ¿Quiénes son? Nombro algunos: Tuto Quiroga, Branko Marinkovic, Zvonko Matkovic, Carlos Valverde, Luisa Nayar, Virginio Lema y Amalia Pando. Pensándolo bien, creo que no hay muchos más que nombrar. No identifico algún líder de la academia, tampoco de los gremios empresariales o de los trabajadores. Nuevamente, le invito al lector a hacer su inventario.
Ahora bien, qué podrían hacer ellos en el presente. En una palabra, juntarse. Pero no para elegir un candidato. Es un buen comienzo que todos estén contra el actual “modelo económico” (si así se puede llamar a un sistema en base a una mafia organizada para saquear a Bolivia desde el año 2006) y son partidarios de la democracia liberal. Por tanto, todos son oposición clara, sin ambigüedades. Por lo tanto, fácilmente pueden acordar en afrontar conjuntamente al MAS y el gobierno. No hablemos todavía de candidatos, sino de trabajar todos contra un oponente. Dos, determinar qué aristas son prioritarias de abordar y desde qué enfoque (ej. político, económico, judicial, cultural). Tres, organizarse de acuerdo a sus capacidades de influir a la ciudadanía (ej. radio, televisión, redes sociales), conocimientos (ej. de la economía, incluyendo manejo de datos, historia), capacidad política (ej. influencia interna y externa con mandos medios y otros), etc. Cuatro, cómo crear sinergias entre ellos y los temas que se abordarán para arrinconar al oponente (el MAS). Cinco, si es necesario, cómo y cuándo tomar cierto tipo de acciones.
Nuestra cultura es diversa y actualmente hay una gran polarización. Esos líderes pudiesen convocar de manera informal a profesionales idóneos y con demostrada capacidad. Se necesitan profesionales que sepan nuestra historia y aristas sociológicas, política económica, política externa, medio ambiente y que sean solidarios y tengan la determinación de alcanzar metas políticas.
Hay dos alternativas. Una, mantener la pasividad y que Bolivia se convierta en una Venezuela en los próximos meses. La otra, que haya una guerra civil. Parece que estamos caminando sobre la primera alternativa. Los referéndums, los datos del censo, y otros son solamente para ganar tiempo y que la situación estalle pero de manera proporcional o limitada. Es decir, que sirva de justificación para imponer un régimen autoritario de una sola vez y prohibir las libertades civiles. Pero, no se puede descartar la segunda alternativa. Podría existir una tercera alternativa: elecciones democráticas transparentes. Personalmente, no creo que se realicen.