Luis Arce no pierde oportunidad para
atacar al cocalero Morales, reprochándole especialmente su cobardía por haber
huido en noviembre de 2019, cuando los "pititas" se plantaron firmes
en las rotondas. El mayor acto de valentía del exministro de economía ha sido
enfrentarse al golpista improvisado Juan José Zúñiga, quien montó un triste
espectáculo a pedido del mandatario. Es cierto lo que se dice de Morales, pero también
es justo recordar que todos huyeron aquella vez: todos renunciaron y corrieron
a buscar escondites, incluyendo, por supuesto, al actual inquilino del Palacio
de Gobierno. Arce volvió solo cuando ya no había peligro, pero lo interesante
es que ha pasado su mandato evadiendo responsabilidades. Desde que asumió la
presidencia, y pese a haber reconocido durante su juramento, que la crisis
venía muy dura, no ha hecho más que escapar de los problemas. No ha tomado ni
una sola decisión que ayude a salir del pozo que él mismo ayudó a cavar durante
los 13 años que fue ministro y los cuatro que lleva como presidente. Pero en
realidad, no se le puede culpar: los políticos de su calaña siempre huyen, y él
también lo hará cuando llegue su momento.