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El “Niño Rey” sufría de malaria

Investigaciones genéticas y tomografías computarizadas han confirmado la presencia de este parásito en sus restos, lo que indica que pudo haber sufrido episodios graves de esta enfermedad.

La tumba de Tutankamón fue descubierta en noviembre de 1922.
Internacional | Aníbal Romero Sandoval | 2024-09-22 10:22:00

Tutankamón, también conocido como el "rey niño", fue uno de los faraones más icónicos del Antiguo Egipto, a pesar de haber gobernado por un breve período y de su muerte prematura. Nació alrededor del año 1341 a.C., probablemente en la ciudad de Amarna, y fue el último descendiente directo de una familia real encabezada por el faraón Akenatón, su padre, famoso por haber introducido una religión monoteísta centrada en la adoración del dios Atón, el disco solar.

Tutankamón ascendió al trono a la edad de 9 o 10 años, tras la muerte de Akenatón y un breve interregno de faraones menores. Su reinado comenzó en un periodo de gran agitación política y religiosa, ya que su padre había generado una gran controversia al desplazar el culto a los antiguos dioses en favor del monoteísmo. Uno de los principales logros de Tutankamón fue restaurar la adoración de los antiguos dioses egipcios, particularmente Amón, y devolver la capital a Tebas desde Amarna, la ciudad construida por su padre.

Aunque su reinado fue corto, durando aproximadamente de 1332 a 1323 a.C., fue crucial para estabilizar Egipto tras las reformas radicales de Akenatón. Su gobierno fue caracterizado por la vuelta a las tradiciones religiosas y políticas previas, bajo la influencia de altos funcionarios y sacerdotes. Sin embargo, Tutankamón murió a los 18 o 19 años, dejando Egipto en manos de regentes y consejeros que, en su corta vida, habían tomado muchas decisiones en su nombre.

El mayor renombre de Tutankamón llegó siglos después de su muerte, en 1922, cuando el arqueólogo británico Howard Carter descubrió su tumba casi intacta en el Valle de los Reyes. Este hallazgo fue uno de los más importantes en la historia de la arqueología, ya que reveló una inmensa cantidad de tesoros, incluido su famoso sarcófago dorado, que mostraba al faraón con la máscara funeraria que hoy es símbolo de la antigua civilización egipcia.

En cuanto a su muerte, durante mucho tiempo se especuló sobre la causa, ya que los análisis iniciales no lograban dar una respuesta clara. Sin embargo, en estudios recientes realizados a sus restos se han identificado varias dolencias que podrían haber afectado su salud. Entre ellas, la malaria ha sido una de las más destacadas. Investigaciones genéticas y tomografías computarizadas han confirmado la presencia del parásito de la malaria en sus restos, lo que indica que pudo haber sufrido episodios graves de esta enfermedad.

Es posible que la malaria, sumada a otras afecciones físicas como una deformidad en el pie izquierdo y una fractura en el fémur, haya debilitado gravemente a Tutankamón. La combinación de estas dolencias podría haber sido la causa de su muerte, probablemente como consecuencia de complicaciones derivadas de estas enfermedades y lesiones.