La exposición a contaminantes ambientales y al humo de cigarrillo puede desencadenar una serie de síntomas iniciales que indican que los pulmones y el sistema respiratorio están siendo afectados. Uno de los primeros signos es la irritación de las vías respiratorias, que se manifiesta como ardor, sequedad o picazón en la garganta y nariz. Esta molestia puede llevar a la necesidad constante de carraspear, acompañada de estornudos frecuentes y secreción nasal.
Otro síntoma común es la aparición de una tos persistente. Al inicio, suele ser seca, pero con el tiempo puede volverse productiva, es decir, acompañada de flema. Si esta tos persiste por más de dos semanas, sobre todo en ambientes con humo o aire contaminado, puede ser una señal de que el sistema respiratorio está luchando para expulsar partículas irritantes.
Con el avance del daño pulmonar, se puede presentar dificultad para respirar o sensación de falta de aire, lo cual es más evidente durante la actividad física. Esta dificultad para respirar puede ser un signo temprano de condiciones como bronquitis o incluso asma, especialmente si se ha estado expuesto a contaminantes en el aire.
Además de los problemas respiratorios, la exposición a contaminantes puede afectar la salud en general, provocando fatiga y dolores de cabeza frecuentes. Esto se debe a la reducción en la capacidad del cuerpo para oxigenar la sangre debido a la inhalación de gases y partículas tóxicas. Una sensación de cansancio constante que no mejora con el descanso podría ser un indicio de que el cuerpo está luchando contra estos efectos nocivos.
Las molestias oculares, como enrojecimiento, picazón y lagrimeo, también son comunes al estar expuesto a aire contaminado. Los ojos, al estar en contacto directo con el aire, reaccionan rápidamente ante la presencia de compuestos irritantes, lo que puede ser otro signo de afectación por contaminación.
Estos síntomas, aunque sutiles al principio, no deben ser ignorados. La exposición prolongada a contaminantes puede derivar en enfermedades respiratorias crónicas, por lo que es fundamental prestar atención a estos signos y buscar atención médica para prevenir daños mayores.
