Internacional

El humo que apagó la risa de Cantinflas

El legado de Mario Moreno, el comediante que conquistó al mundo, opacado por el cáncer de pulmón.

Mario Moreno "Cantinflas".
Internacional | Aníbal Romero Sandoval | 2024-10-13 17:33:00

Mario Moreno "Cantinflas" no solo fue un comediante icónico, sino también un actor y productor que marcó un antes y un después en el cine latinoamericano. Nacido el 12 de agosto de 1911 en la Ciudad de México, en una familia humilde, fue uno de los ocho hijos de Pedro Moreno Esquivel y Soledad Reyes Guízar. Desde joven, mostró una inclinación natural por las artes escénicas, iniciándose en circos y carpas, donde comenzó a explotar su innegable capacidad para hacer reír.

El personaje que lo inmortalizó, "Cantinflas", apareció en las carpas de la Ciudad de México en la década de 1930. Con su peculiar estilo de hablar confuso pero hilarante, rápidamente se convirtió en un fenómeno. La imagen de Cantinflas, con su bigote delgado, su ropa desaliñada y su discurso ingenioso, representaba al "pelado", el hombre del pueblo que usaba el humor para reflejar las luchas, injusticias y desigualdades que enfrentaban los sectores más humildes de México. Este personaje, irreverente y empático, fue un vehículo para la crítica social, algo que el público latinoamericano abrazó desde el primer momento.

La carrera cinematográfica de Cantinflas despegó en 1940 con Ahí está el detalle, una película que consolidó su fama como el comediante más querido de México. A lo largo de su trayectoria, protagonizó más de 50 películas, entre las más recordadas: El Padrecito, El Bolero de Raquel, El Analfabeto y El Patrullero 777. En 1956, alcanzó el reconocimiento internacional con su papel en la versión hollywoodense de La vuelta al mundo en 80 días, actuación que le valió un Globo de Oro.

Sin embargo, Mario Moreno no solo destacó en la pantalla. Fuera de los reflectores, fue un hombre comprometido con causas sociales y conocido por su labor filantrópica. Participó en numerosas obras de caridad y siempre mostró preocupación por las necesidades de los más vulnerables. Aunque su vida pública no estuvo exenta de controversias, especialmente en el ámbito político, Moreno siempre trató de mantenerse fiel a su deseo de ayudar a los demás.

El éxito, sin embargo, no lo libró de los golpes personales. La muerte de su esposa Valentina Ivanova en 1966 lo afectó profundamente, y en los años siguientes, su salud comenzó a declinar. Fumador empedernido durante gran parte de su vida, fue diagnosticado con cáncer de pulmón en sus últimos años.

El 20 de abril de 1993, Mario Moreno falleció a los 81 años en la Ciudad de México, víctima de complicaciones derivadas de su enfermedad. Su muerte marcó el fin de una era en el cine mexicano, pero su legado permanece intacto. A través del humor, Cantinflas logró capturar la esencia de las luchas, esperanzas y alegrías del pueblo latinoamericano, dejando una huella imborrable en la cultura y el arte.