Editorial

A la sombra del centralismo

Dicen que en la política todo es posible, pero sólo en Bolivia se ven estos extremos, como el hecho de que justo hoy se estén produciendo bloqueos de carreteras en defensa de un acusado de pedofilia.

Editorial | | 2024-10-15 08:07:00

Los mismos disparates que lanzaron Manfred y su asesor contra Santa Cruz ya los había propalado el mayor representante del centralismo, Carlos Mesa, en un arranque típico de la soberbia de los que creen que han nacido para gobernar este país, sentimiento que albergan pese a que el modelo de estado que defienden mantiene a Bolivia entre los países más miserables del continente.

Es la primera vez que un damnificado de ese centralismo, que fue víctima de un golpe, que fue chantajeado y que tuvo que huir y refugiarse por diez años, hace de muñeco de ventrílocuo del MAS, la versión más indecente y retrógrada que haya parido el andinocentrismo, cuya decadencia y destrucción debe llegar antes que aniquile el país.

Qué triste debe ser para el alcalde de Cochabamba cumplir con semejante papel tan rastrero, que seguramente le pasará una factura muy alta, justo cuando se creía presidenciable. Dicen que en la política todo es posible, pero sólo en Bolivia se ven estos extremos, como el hecho de que justo hoy se estén produciendo bloqueos de carreteras en defensa de un acusado de pedofilia.

Manfred Reyes Villa es el menos indicado para llevarle la corriente al centralismo, porque Cochabamba, tanto como Potosí, es una de las principales víctimas de las barrabasadas que se dictan desde la Plaza Murillo.

Cochabamba era el granero de Bolivia, tenía un potencial agropecuario mucho más prometedor que el de Santa Cruz, por su clima y por la diversidad de pisos ecológicos que alberga. El centralismo no sólo destruyó ese futuro, sino que tiene a los cochabambinos sumidos en el narcotráfico, con los cocaleros haciendo de las suyas en la mayor zona de exclusión de América del sur, una verdadera republiqueta de la mafia que se expande cada día hacia el Beni y Santa Cruz, donde al menos existe resistencia al proyecto destructivo del MAS, el instrumento más perverso que ha surgido del modelo paceño.

Y que no se confíe la gente de La Paz. Ya le llegará su turno, pues cuando se hayan acabado los bosques del oriente, será el momento de destruir la inmensidad de la selvas de las provincias Franz Tamayo e Iturralde, donde los mineros aliados del MAS ya contaminaron los ríos y los chinos han saqueado el oro, desplazando a las comunidades indígenas a la miseria y la infección con mercurio.

Es una lástima que todavía haya quienes vendan su reino por un plato de lentejas, sabiendo que no hay ganancia en ese negocio. Manfred actúa como el sabueso al que no le soltarán la correa, porque no les conviene que nadie crezca bajo la sombra del centralismo. En Santa Cruz ya vivimos esa experiencia. En el pasado reciente, hubo dos fuerzas políticas que se vendieron al MAS y que prácticamente han desaparecido.

Y que no se confíe la gente de La Paz. Ya le llegará su turno, pues cuando se hayan acabado los bosques del oriente, será el momento de destruir la inmensidad de la selvas de las provincias Franz Tamayo e Iturralde, donde los mineros aliados del MAS ya contaminaron los ríos y los chinos han saqueado el oro, desplazando a las comunidades indígenas a la miseria y la infección con mercurio.