Ojo Centinela

El pez por su boca se arrastra

El pez por su boca se arrastra
Roberto Méndez
| 2024-10-15 21:55:00

Dicen que el pez por su boca muere, pero si proviene de algún reinado o villa, se arrastra. Eso es precisamente lo que ha ocurrido con cierto candidato presidencial del occidente, quien, sin pena ni gloria, ha dejado claro con sus propias palabras que para él Santa Cruz solo sirve para proveer ministros. No menos lamentable es lo dicho por su innombrable asesor, quien expresó que “Santa Cruz es hoy día una Santa Cruz cunumi, una Santa Cruz mestiza, una Santa Cruz de provincia, más que la Santa Cruz imaginada por (Rubén) Costas y los grandes cabildos”.

Por eso, ese aspirante presidencial, a quien el gobierno de Luis Arce le perdonó todos sus procesos judiciales y lo posicionó como su caballo de batalla, no merece ser mencionado en Santa Cruz. No le daremos el gusto, tal como aconsejaba Salvador Dalí cuando decía: “que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí (…)”.

Ni que hablen de él, ni mucho menos que voten por él en las elecciones de 2025. Porque, aunque luego intente retractarse, con sus declaraciones, este postulante ha cavado su propia tumba, ajustándose no solo al dicho del pez que muere por su boca, sino también a lo dicho en tono de broma por un diputado opositor, quien los llamó "imbéciles" y los comparó con caracoles, por ser “arrastrados y babosos”. Nos ahorramos el tercer calificativo del chiste, porque es delicado tocar temas matrimoniales.

A los emisarios del occidente que tienen la misión de destruir Santa Cruz, les decimos que no nos ofende que nos llamen "cunumis" (mujer adolescente en guaraní) ni "cambas". Estamos orgullosos de haber nacido en esta tierra del “Ñandereco”, la tierra sin mal y de vida armoniosa, según la leyenda guaraní. Un lugar donde el maíz crece abundantemente sin necesidad de cultivo, donde los ríos fluyen con agua clara y refrescante, y donde animales y plantas coexisten en perfecta armonía. En resumen, un mundo donde las penurias son inexistentes.

Orgullosamente, Santa Cruz, según Gary Rodríguez del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), es la tierra que provee el 77% de los alimentos que se consumen en el país, genera el 81% de las exportaciones y aporta el 31.5% del Producto Interno Bruto nacional. Aquí nos perdemos en el vasto Parque Industrial, entre tantas industrias.

Aunque las cifras del Censo Nacional de 2024 no concuerden con los nacimientos reales, seguimos siendo el departamento más poblado de Bolivia. De hecho, 7 de cada 10 extranjeros que llegan al país eligen Santa Cruz como su destino. Como bien dijo el dirigente gremial orureño Jesús Cahuana: “el camba nace donde quiere”.

Los cruceños no somos seguidores de Costas ni de ningún caudillo. Somos hijos del Gran Grigotá, fuertes y hospitalarios, como nos dicta nuestra ley. Aunque incendien nuestras tierras, las avasallen o intenten cerrar los acuíferos del Urubó, seguimos firmes.

Como diría el Camba Florencio:

“Es aquí, Santa Cruz, donde la vida es verdadera,

herencia de sangre castellana,

donde nacen las mujeres más hermosas,

brotan de la tierra abrasadora

como los capullos de las rosas.

Este pueblo orgulloso las adora,

por ser nobles, sinceras y cariñosas todas ellas.

Es aquí, Santa Cruz, la esplendorosa,

cuna eterna del amor y la fantasía,

tierra camba, tan bella y tan hermosa,

que en el alma de tus hijos se reflejan

almas nobles que te admiran y adoran,

como adoran los cielos y la Santa Libertad.”

Estoy de acuerdo en que debemos repensar Santa Cruz para no volver a elegir autoridades que, por cálculos políticos, vendan su voz y su conciencia al gobierno central. Como dijo otro diputado opositor, no necesitamos "imbéciles víbora-perro", que de noche se arrastran y clavan sus colmillos envenenados, y de día ladran. Esta Santa Cruz cunumi hablará fuerte en las urnas.