China, en su afán por consolidarse como potencia tecnológica, está enfrentando un grave problema: un exceso de centros de datos para procesar inteligencia artificial, muy por encima de la demanda actual. Con 246 eflops de capacidad, lo que representa el 26% del total mundial, el país apenas utiliza un 5% de esa capacidad, lo que está generando preocupaciones entre expertos. La construcción desmesurada de estos centros, muchos de los cuales están inactivos, está causando pérdidas económicas y una posible reducción en el valor de los servicios ofrecidos.
Según CCID Consulting, hasta junio de 2024 se han construido o están en construcción más de 250 centros de datos en todo el país, muchos de ellos en zonas alejadas de los principales núcleos tecnológicos. Aunque las autoridades provinciales ven en estos centros una forma de estimular la economía local, la escasa demanda pone en riesgo la viabilidad de estas inversiones.
Shan Zhiguang, director del Centro de Información Estatal, advierte que la falta de aplicaciones tecnológicas revolucionarias y la construcción prematura de estos centros podrían provocar un exceso de oferta, perjudicando los esfuerzos del país por liderar el desarrollo tecnológico global.
El exceso de centros de datos en China no solo representa un problema económico, sino también un desafío ambiental. Estos centros requieren enormes cantidades de recursos para su funcionamiento, particularmente agua y energía. Según datos recientes, un centro de datos promedio utiliza alrededor de 300.000 galones de agua al día, lo que equivale al consumo de 100.000 hogares. Esto se debe a que los sistemas de refrigeración necesarios para disipar el calor generado por el procesamiento de inteligencia artificial consumen vastas cantidades de agua. Con la demanda mundial de IA en aumento, se estima que en 2027 esta tecnología requerirá la extracción de entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua, lo que podría agudizar los problemas ambientales de China.
A pesar de estos riesgos, el gobierno chino continúa impulsando la construcción de más centros, con poca consideración por la real capacidad de uso en el corto plazo. El régimen de Xi Jinping ha priorizado el desarrollo de la inteligencia artificial como una herramienta clave para competir con Estados Unidos, pero la sobreproducción de infraestructura tecnológica podría generar una crisis en lugar de un avance. Mientras los expertos alertan sobre la falta de demanda y la baja eficiencia de estos centros, el enfoque de las autoridades parece centrarse más en cumplir con las metas anuales del Partido Comunista que en asegurar un desarrollo sostenible y eficiente del sector tecnológico.
