Bajo el penoco

Lo que nos gusta

| 2024-10-17 07:30:00

Hace unos días, cuando la selección boliviana tocaba el cielo de la clasificación al próximo mundial, luego de ganar tres partidos seguidos, un diputado masista dijo que todo es gracias al “hermano Evo”, que construyó el estadio de El Alto, donde el equipo nacional tiene una enorme ventaja sobre sus rivales. Habría que felicitarlo también por haberles brindado en bandeja a los cocaleros y narcotraficantes del Chapare, nada menos que un aeropuerto internacional en Chimoré y una carretera a través del TIPNIS para exportar droga. El hecho es que el pasado martes, la pulga Messi nos bajó del falso pedestal en el que estábamos y Bolivia vuelve a ser el equipo de las goleadas en contra. Miente el que diga que no se entusiasmó con la racha de la “verde”, aún sabiendo que se trataba de un espejismo. Es exactamente lo que pasó con el cocalero cuando llegó al poder con el cuento de “refundar” el país y transformarlo en una reserva moral. Los niveles de votación que obtuvo durante más de una década y la pasividad de la gran mayoría hablaban de un obnubilamiento generalizado, aún sabiendo el destino que nos esperaba y que hoy estamos viviendo. Eso nos lleva a una sola conclusión: nos gusta perder.