Santa Cruz

Un aprehendido por el secuestro y muerte de Alcides Mendoza, autopsia reveló tortura

Santa Cruz | Odilia Llanos Salazar | 2024-10-17 20:58:00

Una persona fue aprehendida este jueves por la tarde, en el marco de la investigación del secuestro y muerte de Alcides Mendoza Rojas, de 34 años, quien fue hallado sin vida el miércoles al orillas del río Piraí en el municipio de La Guardia.

El fiscal a cargo de la investigación, Daniel Ortuño, informó que Mendoza falleció a causa de "asfixia mecánica por sofocación", es decir, su vida le fue arrebatada por la acción de otra persona.

“La causa de la muerte ha sido determinada como una asfixia mecánica por sofocación. Se ha asumido que fue provocada por una segunda persona, pero estamos en el proceso de investigar la participación de otras posibles personas involucradas”, indicó Ortuño.

Además reveló que Alcides fue víctima de brutal tortura antes de su muerte. Según la autopsia, su cuerpo presentaba lesiones, como la pérdida de varios dientes y golpes contundentes en la cabeza, además de los signos de asfixia mecánica que finalmente le provocaron la muerte.

El miércoles 16 de octubre, el cuerpo sin vida de Mendoza fue encontrado en el río Piraí, luego de haber sido secuestrado siete días antes, el 9 de octubre. Según el informe policial, se logró identificar a uno de los presuntos responsables gracias a las cámaras de seguridad, lo que permitió la aprehensión del mismo, quien está en calidad de sospechoso.

Mendoza fue secuestrado en plena vía pública en la zona norte de la capital cruceña, cuando varias personas lo subieron a un vehículo a punta de pistola, como lo muestran las imágenes de las cámaras de vigilancia. Tras la denuncia de los familiares, las autoridades iniciaron una búsqueda exhaustiva que terminó en el hallazgo de su cuerpo en el río.

Un testigo que presenció el secuestro de Mendoza reveló que él habría pedido ayuda, gritando "¡Policía, Policía, auxilio!" mientras era golpeado por sus captores, quienes lo obligaron a subir a un vehículo. El testigo también señaló que el auto pasó dos veces por el lugar antes de que los secuestradores descendieran, y que pudo ver los rostros de al menos dos de ellos. Detalló que los secuestradores iban vestidos de civil, con gorras con brillo y que no intercambiaron palabras entre ellos.

Su familia aún no entiende porqué acabaron con la vida de Alcides. Él padecía una enfermedad mental (esquizofrenia). Los vecinos lo definen como una persona tranquila, que salía a las calles a pedir dinero y que no reaccionaba mal si no le daban ningún “quinto”.