Bajo el penoco

Las maldades de Arce

| 2024-10-18 07:04:00

Luis Arce disfruta creyendo que le hace un mal a las regiones del oriente boliviano, construyendo una planta de procesamiento de cereales y almendra en pleno altiplano, con la misma saña con la que su jefazo invirtió más de mil millones de dólares en una fábrica de urea en el Chapare y otra cifra similar en el ingenio azucarero San Buenaventura, donde no hay materia prima y el proyecto está condenado al fracaso. Para que esas moles puedan funcionar necesitan gastar extraordinarias sumas de dinero en transporte y logística, tanto para trasladar los insumos, como para llevar el producto final a los mercados, una estupidez que sólo se explica por el odio. Pero a diferencia de lo que Arce cree, la crueldad no es contra los cruceños, benianos y pandinos, sino contra los mismos habitantes del occidente del país. No hay vileza más grande que dañarles el cerebro a las personas y lo que hace este régimen es reforzar la dependencia del estado en algunas regiones y, lo peor de todo, consolidar en las mentes perturbadas que el estatismo puede ser un motor del desarrollo. Mientras tanto, cunumis y mestizos producen y prosperanen Santa Cruz gracias a la “maldita” iniciativa privada. Gracias Arce por ese amor.