Monumentos socialistas

La Unión Soviética mandaba miles de millones de dólares a Cuba para demostrar que el socialismo se desenvolvía exitosamente en las narices del imperio capitalista. El comunismo soviético se cayó en pedazos sin que nadie lo empuje y en este momento se produce una suerte de venganza involuntaria, pues los norteamericanos, que están en condiciones de hacer algo para que se acabe de una vez por todas el calvario socialista, se han convertido en uno de los principales proveedores de comida de la isla. Es como si estuvieran devolviendo gentilezas, dejando que Cuba se mantenga como un testimonio viviente de las miserias que puede causar el marxismo, pues todavía hay quienes creen lo contrario, como el gobierno boliviano por ejemplo, que imita todas las políticas que aplicaron los barbudos. Las colas para comprar gasolina y diésel ya son normales en Bolivia y muy pronto se convertirán en un clásico otras filas. Arroz no hay, el gas se está acabando y muy pronto pasará lo mismo con todos los productos básicos. Tarjeta de racionamiento, cupos para comprar pan, asignaciones de azúcar y leche por cada familia. Eso es exactamente lo que nos espera, de mantenerse este régimen, que considera al socialismo el camino correcto para Bolivia.