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Las pesas del gimnasio tienen 362 veces más bacterias que un asiento de inodoro, según un estudio

Un informe reciente destaca la sorprendente cantidad de microbios presentes en los equipos y accesorios de ejercicios, comparando su proliferación con la de sitios tradicionalmente considerados sucios.

Imagen de ilustración. Foto: Internet.
Internacional | Infobae | 2024-10-25 15:49:30

Un estudio reciente ha revelado que las pesas de gimnasio contienen hasta 362 veces más bacterias que un asiento de inodoro, lo que ha generado preocupación sobre la higiene en estos espacios. La investigación, realizada por FitRated, comparó diferentes equipos de gimnasio con objetos de uso cotidiano y descubrió que las bicicletas estáticas albergaban 39 veces más bacterias que una bandeja reutilizable de cantina. Además, las cintas de correr mostraron niveles considerablemente más altos de microorganismos en comparación con un grifo de baño público.

Estos resultados subrayan la importancia de prestar atención a la limpieza de los equipos en los gimnasios, ya que el uso compartido y frecuente de las máquinas crea un entorno propicio para la proliferación de bacterias.

Tipos de bacterias encontradas en los equipos de gimnasio

El estudio no se limitó a cuantificar la presencia de bacterias en los aparatos y accesorios de gimnasio, sino que también identificó qué tipos de microorganismos estaban presentes. Entre las bacterias encontradas en pesas, cintas de correr y bicicletas estáticas se destacaron dos grupos peligrosos: los cocos grampositivos y los bacilos gramnegativos.

Los primeros son conocidos por su capacidad de causar infecciones en la piel, que pueden ir desde simples irritaciones hasta cuestiones más graves como forúnculos o abscesos. Estos microorganismos proliferan en superficies frecuentemente tocadas y son especialmente preocupantes en un entorno como el gimnasio, donde el sudor y el roce constante favorecen su crecimiento.

Los segundos son aún más alarmantes, ya que algunos de ellos presentan resistencia a antibióticos, lo que dificulta su tratamiento. Estas bacterias suelen estar asociadas a infecciones graves, como las del tracto urinario o neumonía, y pueden sobrevivir en superficies como las de los equipos de gimnasio si no se limpian adecuadamente.

A pesar de la presencia de estas bacterias, los expertos en salud recuerdan que el riesgo de infección puede reducirse considerablemente con simples medidas de higiene.

Medidas de higiene recomendadas para reducir el riesgo

Aunque el estudio subraya la elevada cantidad de bacterias en los equipos de gimnasio, los expertos coinciden en que el riesgo de infección es bajo si se toman las medidas de higiene adecuadas. Estos sencillos pasos pueden marcar la diferencia:

Desinfectar los equipos tanto antes como después de utilizarlos: Muchos gimnasios proporcionan toallitas desinfectantes o sprays antibacterianos, pero no todos los usuarios los emplean correctamente. Asegurarse de limpiar mancuernas, bicicletas estáticas, cintas de correr y cualquier otro equipo que entre en contacto directo con la piel es fundamental para reducir la exposición a microorganismos.

Lavarse las manos:Inmediatamente después del ejercicio, pues las bacterias recogidas en el equipo pueden transferirse fácilmente a la boca, nariz u ojos si te tocas la cara durante o después del entrenamiento. Evitar este contacto directo es otra manera eficaz de prevenir infecciones.

Cambiarse de ropa lo antes posible tras finalizar la rutina: las prendas sudadas pueden retener bacterias y gérmenes que pueden pasar a la piel durante el resto del día.

Recomendaciones para que los gimnasios mejoren la limpieza

Si bien los usuarios son responsables de limpiar después de usar las máquinas, la limpieza regular y profunda por parte del personal del gimnasio es esencial. El estudio resalta la importancia de que los gimnasios implementen protocolos más estrictos y efectivos de higiene para evitar la acumulación de gérmenes.

Una de las medidas recomendadas es aumentar la frecuencia de la limpieza durante las horas de actividad, en lugar de esperar hasta el cierre del día para desinfectar a fondo. Esto ayudaría a reducir el riesgo de contaminación entre usuarios. Algunos gimnasios han empezado a utilizar limpiadores a vapor en lugar de desinfectantes tradicionales, una opción que puede ser más eficaz. Este método es capaz de alcanzar áreas difíciles de limpiar y eliminar bacterias resistentes que pueden sobrevivir a los desinfectantes convencionales. El vapor a alta temperatura no solo elimina gérmenes, sino que también reduce la necesidad de productos químicos agresivos, lo que lo convierte en una opción más segura tanto para los usuarios como para el medio ambiente.

Los gimnasios deben asegurarse de proporcionar suficientes toallitas antibacterianas y desinfectantes para fomentar su uso. Incluir señales visibles que recuerden a los clientes la importancia de la higiene puede ser una estrategia útil para promover una cultura de limpieza compartida, que de todas formas no puede sustituir la limpieza profunda realizada por el personal del gimnasio.