La provincia de Valencia ha despertado este miércoles tras una noche de pesadilla a la espera de conocer la magnitud definitiva de la devastación provocada por el temporal que se desató el martes, una dana de efectos explosivos que se cuenta ya entre las peores catástrofes naturales registradas en la historia moderna en España. Hay al menos 70 muertos (entre ellos, al menos cuatro niños), decenas de desaparecidos, conductores que pasaron horas aislados, vecinos encaramados en los pisos superiores de sus viviendas, miles de personas desplazadas que no pudieron volver anoche a sus casas, coches apilados, pueblos anegados y carreteras cortadas. Más de 150.000 personas siguen sin suministro eléctrico. El Gobierno ha activado un gabinete de crisis en La Moncloa y ha declarado tres días de luto oficial.
La gota fría ha afectado principalmente a la provincia de Valencia pero sus efectos han alcanzado a otras: en Mira (Cuenca) ha fallecido una mujer de 88 años tras el desbordamiento de un río, y en Letur (Albacete) ha sido hallado el cuerpo sin vida de otra mujer y se busca a cinco personas desaparecidas. El tráfico ferroviario de alta velocidad entre Madrid y Valencia está cortado, al igual que la circulación por tren entre Valencia y Barcelona, y así permanecerá, al menos durante todo el día de hoy.
La dana se desplazará por la tarde al noreste y suroeste de España, aunque, en principio, con menos fuerza: el Servicio Meteorológico catalán (Meteocat) lanzó un aviso de nivel seis para Barcelona por riesgo de granizo y tornados en la costa, aunque lo retiró sobre las 14.00. Y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha elevado el nivel de aviso de naranja a rojo (el máximo) en Cádiz, donde una tromba de agua ha inundado a mediodía las calles de Jerez de la Frontera. Cinco comunidades —Andalucía, Aragón, Cataluña, Extremadura y Navarra— y la ciudad autónoma de Ceuta siguen en alerta por lluvias y tormentas, pero la situación más complicada se espera en Andalucía: además del aviso rojo en la campiña de Cádiz, hay aviso naranja en Sevilla y amarillo en Huelva y Málaga.
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, confirmó en la noche del martes la recuperación de varios “cuerpos sin vida”, pero evitó dar un número hasta contactar con los familiares. A primera hora de este miércoles ya eran 13 los fallecidos: cinco en Torrent (un matrimonio, dos niños y un bebé), cuatro en Paiporta (dos hombres, una mujer y un bebé), uno en Chiva (un hombre), uno en Cheste (otro varón), uno en Alfafar (una mujer) y uno en Alcudia (otro hombre). Sobre las nueve de la mañana la cifra había ascendido a 51, y pasado el mediodía las autoridades valencianas la elevaron a 62. Fuentes del Gobierno central confirmaron, minutos antes de las tres de la tarde, que las víctimas mortales en la provincia de Valencia eran ya 70. Continúa la búsqueda de desaparecidos.
Los cadáveres van a ser trasladados a la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde se encuentra el Instituto de Medicina Legal, según ha confirmado la Generalitat. El Ministerio de Defensa ha ofrecido morgues portátiles ante el temor de que, una vez se empiece a retirar el barro que anega muchas poblaciones valencianas, se encuentren más cuerpos. Hay 1.034 militares movilizados en la zona para participar en las tareas de rescate, según ha explicado la ministra Margarita Robles, quien ha contado que acababa de hablar con un cabo primero del Ejército del Aire cuyos padres han muerto en la riada.
Las lluvias han ido remitiendo en la provincia de Valencia a lo largo del día, dando paso al balance de daños en las comarcas más afectadas: Utiel-Requena, la Hoya de Buñol l’Horta de Valencia y La Ribera. La Generalitat ha habilitado este número de teléfono solo destinado a informar sobre personas no localizadas: 900 365 112.
La gota fría que sufre desde el martes la Comunidad Valenciana es la peor registrada en este siglo XXI, con un impacto mayor que el que tuvo la dana de septiembre de 2019 y comparable a los dos grandes temporales de los años ochenta, que afectaron sobre todo al sur de la región ―el de octubre de 1982, la llamada pantanada de Tous, y el de noviembre de 1987―, según la Aemet. En octubre de 2000 hubo un episodio de lluvias torrenciales que es el que “más volumen de precipitación acumuló en la comunidad”. “Pero fue una gota fría muy prolongada, de varios días, y menos catastrófica que las de 1982, 1987 y 2024″, señala el organismo. Esta dana de 2024 pasa a engrosar así la lista de grandes catástrofes naturales de la historia de España, que encabezan las riadas del Vallès que se cobraron un millar de vidas en Barcelona en septiembre de 1962, el desbordamiento del río Turia a su paso por Valencia en octubre de 1957 (87 fallecidos) y la tragedia del camping de Biescas (Huesca) en agosto de 1996 (con 87 víctimas mortales).
Desde primera hora de este miércoles han arreciado las críticas en las redes sociales por la supuesta falta de previsión y de advertencia a la ciudadanía sobre la violencia del temporal. Aemet elevó el nivel de aviso de naranja a rojo, el máximo, a las 7.30 de la mañana del martes en el litoral sur de Valencia, donde se habían acumulado ya 90 litros en apenas una hora. Fue, por tanto, un aviso sobrevenido, por fenómenos meteorológicos ya observados, no en previsión. A las 9.40, Aemet extendió el rojo a toda la provincia, en medio ya de importantes inundaciones. Los avisos rojos estuvieron en vigor hasta las 20.00, salvo en el litoral, donde se extendieron hasta las 00.00.
Sin embargo, el servicio autonómico de Emergencias del 112 no envió la primera alerta a la ciudadanía hasta pasadas las 20.00 del martes. Para entonces, miles de personas estaban ya atrapadas en las carreteras, en los centros comerciales o en sus trabajos. Fueron muy numerosos los mensajes en redes sociales pidiendo ayuda para la gente que estaba aislada y que no lograba contactar con el 112, colapsado de llamadas. Pasada la medianoche, Mazón confirmó la existencia de víctimas mortales, aunque no dio cifras ni ubicación. También explicó que había zonas cuya situación se desconocía, dado que no se había podido acceder a ellas y tampoco se había podido establecer comunicación con sus alcaldes.
Al principio, el martes, la dana provocó inundaciones principalmente en el interior de Valencia, en la zona de Utiel, al desbordarse el río Magro, y también en localidades como Chiva, donde en apenas ocho horas se recogieron casi 500 litros por metro cuadrado (lo que suele llover en un año completo en este punto, según Aemet), uno de los registros más altos de las últimas dos décadas.
Toda esa agua caída se desplazó después hacia el litoral sureste durante horas, lo que trasladó los problemas a la comarca de La Ribera Alta y a la propia capital, Valencia. La pedanía de Pinedo, de unos 2.000 habitantes, fue desalojada, y otras como Castellar, o barrios del sur de Valencia como Forn d’Alcedo y La Torre, sufrieron inundaciones. Unas 155.000 personas seguían a media mañana de este miércoles sin suministro eléctrico en la provincia de Valencia, según datos de Iberdrola.