Santa Cruz

Entre tantawawas y disfraces, Bolivia vive la celebración de Todos Santos y Halloween

Halloween ha cobrado un protagonismo especial en Santa Cruz, especialmente entre los más jóvenes.

Disfraces y máscaras de Halloween en el mercado La Ramada este 30 de octubre de 2024. Foto: Regis Montero - El Día
Santa Cruz | Odilia Llanos Salazar | 2024-10-30 19:19:00

En Santa Cruz, la atmósfera de fin de octubre y principios de noviembre se tiñe de una mezcla de tradiciones locales e influencias extranjeras. Las calles y mercados de la capital cruceña se encuentran inundados de productos y accesorios de Halloween, que se celebra este 31 de octubre. En paralelo, las panaderías ofrecen los tradicionales tantawawas, que son panes decorados de diversos tamaños y figuras que las familias bolivianas colocan en las mesas para recibir a sus seres queridos que ya partieron, conmemorando Todos Santos el 1 y 2 de noviembre.

Halloween ha cobrado un protagonismo especial en Santa Cruz, especialmente entre los más jóvenes. Niños y niñas se preparan con disfraces de monstruos, brujas, calaveras, superhéroes, payasos terroríficos, vampiros, fantasmas y otros personajes.

Muchos salen la noche del 31 de octubre a pedir dulces en sus barrios o en las plazas, marcando el inicio de una celebración que, aunque es una tradición estadounidense, ha sido adoptada en Bolivia.

Sin embargo, la integración de Halloween no ha sido fácil. Años atrás, sectores de la población rechazaron esta costumbre, argumentando que esta celebración y sus símbolos, como la calabaza sonriente, representaban una amenaza a la tradición de Todos Santos.

Para darle otro significado a la fecha, este año se organiza el “Cambaween”, un evento organizado por el municipio cruceño en la plaza 24 de septiembre, que Santa Cruz tiene sus personajes y tradiciones propias como la Viudita, la Llorona y el Carretón de la Otra Vida.

En contraste, Todos Santos permanece como una tradición profundamente arraigada. En Santa Cruz, las tantawawas, con origen en las culturas del occidente del país, son protagonistas. Estas figuras de pan con forma de niños, adultos o animales simbolizan el respeto y cariño hacia los difuntos. La palabra tantawawa proviene del aimara y significa "pan niño" (t"ant’a = pan, wawa = niño).

Las familias adquieren estos panes en los mercados de la capital, como Siete Calles, La Ramada y Los Pozos, donde la demanda ha crecido en los últimos días.

Los precios oscilan entre los Bs. 7 y los Bs. 100, dependiendo del tamaño y detalle de las figuras.