Todos los sondeos auguraban desde hace meses una jornada electoral que iba a terminar sin un resultado claro. Las encuestas apuntaban a un empate técnico en los swing states, siete estados bisagra que alargarían el recuento días o incluso semanas. La falta de datos oficiales amenazaban con que se produjera una acusación de fraude ante algunos colegios electorales. Sin embargo, nada de eso ha ocurrido. El expresidente y candidato republicano Donald Trump volverá al Despacho Oval después de ganar a Kamala Harris en la mayoría de los territorios en disputa con la demócrata.
Con los resultados de esta noche Donald Trump se quita la espina de hace cuatro años, cuando no pudo revalidar su presidencia tras perder con Joe Biden. Aquella derrota le llevó a denunciar un fraude electoral que nunca pudo probar y que desembocó en el asalto del Capitolio por parte de sus seguidores. Nunca quiso admitir la victoria del demócrata, ni siquiera al ser preguntado durante los debates de esta campaña, algo que no solo no le ha pasado factura electoral, sino que ha sido valorado por su acólitos, que le han dado el respaldo suficiente para que vuelva a pisar la moqueta de la Casa Blanca.
La victoria de Trump es mayúscula, ganando los votos electorales necesarios, el voto popular (después de 20 años), recuperando para el Partido Republicano el control del Senado y previsiblemente la Cámara de Representantes. Una circunstancias que, de confirmarse, le dará el poder total para hacer y deshacer a su antojo durante los próximos años.
Todavía no está claro cuándo se conocerá de manera oficial el ganador en los estados bisagra de Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada, que tras confirmarse la victoria en Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia otorgarán la mayoría de 270 votos necesarios para proclamar al ganador. No obstante, con diferentes porcentajes de recuento, en la mayoría de ellos Trump va a la cabeza, por lo que los medios estadounidenses otorgan en un alto porcentaje la victoria del magnate.
Además de Carolina del Norte y Georgia, el republicano también se ha llevado Indiana, Kentucky, Carolina del Sur, Virginia Occidental, Ohio, Alabama, Florida, Misisipí, Misuri, Oklahoma, Tennesse, Arkansas, Kansas, Luisiana, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Texas, Wyoming, Montana, Utah, Idaho y tres delegados de Nebraska. Por su parte, Harris tiene Vermont, Connecticut, Delaware, el Distrito de Columbia, Illinois, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey, Rhode Island, Colorado, Nueva York, California, Oregón, Washington, Nuevo México y un delegado de Maine.
En el centro de convenciones de West Palm Beach, en Florida, miles de simpatizantes del republicano esperan a que Trump salga a celebrar los resultados. "He ganado", dijo al llegar a la fiesta en la que el candidato republicano ha estado siguiendo los resultados junto al magnate Elon Musk, el hijo de Jair Bolsonaro y el político británico Nigel Farage, entre otros.
Mientras tanto, en el cuartel general demócrata, instalado en la Universidad de Howard Washington, el equipo de Harris ya ha confirmado que la vicepresidenta no comparecerá. O por lo menos no lo hará inmediatamente. La expresidenta hablará ante el país un día después y fuentes de campaña apuntan que todavía quedan muchos votos por contar en Filadelfia, Detroit o Milwaukee. "Todavía tenemos votos que contar. Todavía tenemos estados que aún no han sido declarados. Continuaremos luchando durante la noche para asegurarnos de que se cuente cada voto", dijo Cedric Richmond, codirector de la campaña de Harris, a la audiencia el martes. "Así que no escucharán de la vicepresidenta esta noche, pero sí de ella mañana".
“Obtuvimos una victoria política histórica”
“Es una victoria política que nuestro país nunca ha visto antes, nada como esto”, dijo el expresidente Donald Trump en público.
“Quiero agradecer al pueblo estadounidense por el extraordinario honor de ser elegido su 47º presidente y su 45º presidente”.
Acompañado de su esposa Melania, sus hijos y gran parte del personal de campaña, Trump fue recibido por cientos de sus seguidores en el centro de convenciones del condado Palm Beach, en la ciudad de West Palm Beach.
“Haremos a Estados Unidos grandioso nuevamente”, dijo el expresidente (2017-2021) ante los gritos de histeria que han inundado el lugar a lo largo de la noche, tras la victoria que ha logrado en el estado clave de Carolina de Norte y Georgia, y los buenos resultados parciales en los estado crucial de Pensilvania.
Trump ha presumido de no haber iniciado ninguna guerra durante su anterior mandato. “No tuvimos guerras, excepto al derrotar al ISIS. Dijeron: ‘Va a empezar una guerra’. No voy a empezar guerras, voy a frenar guerras”, ha prometido desde el escenario.
Donald Trump ha cerrado su discurso con una referencia a uno de los momentos que marcaron la campaña electoral. El disparo que perforó su oreja y que casi acaba con su vida en un mitin en Pensilvania.
“Mucha gente dice que dios salvó mi vida por una razón. La razón fue restaurar este país, repararlo. Vamos a cumplir esa misión juntos. La tarea no será fácil pero dejaré mi alma para completar ese trabajo. El trabajo más importante en el mundo”, ha prometido.