La cirrosis hepática es una enfermedad crónica que afecta al hígado, caracterizada por la formación de cicatrices o fibrosis en su tejido. Estas cicatrices alteran su capacidad para llevar a cabo funciones esenciales. Identificar la cirrosis en sus etapas iniciales puede ser complicado, ya que suele ser asintomática o presentar síntomas leves que se confunden con problemas de salud menores. Sin embargo, la enfermedad progresa de manera constante y, sin tratamiento, puede llevar a complicaciones graves e incluso fatales.
En las fases iniciales, los síntomas
pueden ser sutiles, como fatiga persistente, pérdida de apetito, debilidad y
náuseas leves. Estos indicios a menudo pasan desapercibidos o no generan
preocupación. Con el avance del daño hepático, surgen señales más evidentes,
como la ictericia (color amarillento en la piel y los ojos), señal de que el
hígado no está procesando correctamente la bilirrubina.
A medida que la cirrosis avanza, se
presentan otros síntomas graves, como hinchazón en el abdomen y las piernas
debido a la acumulación de líquidos (ascitis y edema). También pueden aparecer
moretones y hemorragias fáciles, derivados de una reducción en la producción de
proteínas que facilitan la coagulación sanguínea. Además, algunos pacientes
pueden experimentar confusión mental o letargo, síntomas de encefalopatía
hepática, una afección causada por la incapacidad del hígado para eliminar
toxinas del organismo.
En las etapas más avanzadas de la
enfermedad, el hígado pierde la mayoría de sus funciones, afectando al cuerpo
en su totalidad. Las complicaciones de la cirrosis avanzada incluyen
infecciones, hemorragias internas y fallo hepático. En estas situaciones, el
pronóstico es grave y, en muchos casos, el trasplante de hígado se convierte en
la única opción para salvar la vida del paciente.
La detección temprana de la cirrosis es
esencial para frenar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente.
Mediante análisis de sangre, estudios de imagen y, en algunos casos, biopsias
hepáticas, los médicos pueden identificar la enfermedad en etapas tempranas,
permitiendo iniciar un tratamiento adecuado y aplicar medidas preventivas que
reduzcan el riesgo de complicaciones graves.
(Dr. Aníbal Romero Sandoval – Médico)