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Iglesia pide apaciguar ánimos enardecidos por intereses personales y buscar diálogo y reconciliación

El monseñor Sergio Gualberti recordó que el compromiso con la defensa de la vida y el bienestar de los demás es parte integral del ser cristiano.

El monseñor Sergio Gualberti, este domingo.
País | ERBOL | 2024-11-10 09:46:00

El Obispo Auxiliar de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, pidió este domingo a los actores políticos que apacigüen los ánimos enardecidos por intereses personales o partidistas y que busquen el diálogo y la reconciliación, con el fin de alcanzar el sueño de un país común para todos.

Durante su homilía dominical, exhortó a los bolivianos a orar confiadamente al Dios de la paz para que nos colme con sus bendiciones buscando construir un país donde podamos tener condiciones de vida digna, un país cimentado sobre la libertad, la reconciliación, la justicia, la verdad y la paz.

Indicó que el amor por la gente se concreta cuando abrimos el corazón a los demás, incluso a aquellos desconocidos y a quienes están en situación de abandono: los pobres, los enfermos, los migrantes, los marginados y todas las personas necesitadas que viven a nuestro alrededor.

Gualberti destacó que, en este momento de crisis, la situación de abandono es aún más evidente, y lamentó que la vida, como don de Dios, no se valore como un bien común que debe ponerse al servicio de todos.

Recordó que el compromiso con la defensa de la vida y el bienestar de los demás es parte integral del ser cristiano.

Además, señaló que esta es una tarea desafiante en una sociedad afectada por corrientes de violencia y muerte, ante la indiferencia y pasividad de las instituciones del Estado, llamadas a defender la vida sin distinción, desde la concepción hasta la muerte.

Finalmente, enfatizó la importancia de rechazar toda forma de violencia y todo aquello que atente contra la vida, ya sea en forma de ataques físicos, verbales o bloqueos que, además de causar pérdidas económicas al país, provocan un gran sufrimiento en el pueblo, especialmente. en los más pobres, quienes siempre son los más afectados.

"¿Y todo esto por qué?", ​​cuestionó. "Por la ambición de unos cuantos, que han olvidado que la verdadera autoridad debe servir al pueblo y no servirse de él, poniendo sus intereses personales o partidistas por encima del bien común", reflexionó.