Editorial

Muy “pancho”

A Luis Arce se lo ve muy cómodo. "Pancho", dirían coloquialmente en Bolivia. Ni siquiera menciona la catastrófica crisis del país. Parece que no ve las largas filas...

Editorial | | 2024-11-14 00:14:30

A Luis Arce se lo ve muy cómodo. "Pancho", dirían coloquialmente en Bolivia. Ni siquiera menciona la catastrófica crisis del país. Parece que no ve las largas filas para conseguir combustibles. Tal vez lo considera normal. Nadie sabe.

Esperó más de 20 días para reaccionar ante los bloqueos del cocalero Morales, quien también está muy tranquilo, a pesar de que los analistas políticos aseguran que está acorralado y a punto de ir a la cárcel.

Según el propio Arce y las autoridades que han hablado del tema, la culpa de la calamitosa situación la tienen los bloqueos del pedófilo. Cuando las rutas estaban cerradas, aseguraban que miles de camiones cisterna estaban esperando para pasar con el combustible y abastecer a las ciudades y el campo, pero, tras una semana de levantados los cortes, ha pedido diez días más para normalizar el abastecimiento. "No se entiende", diría el ciudadano de Orinoca.

Los agropecuarios no están bromeando ni exagerando. Si no hay diésel, si no hay siembra, si no hay cosecha, no habrá comida. Ya hemos visto claramente lo que ocurrió recientemente: en la primera semana de bloqueos, varias ciudades del país quedaron desabastecidas, los precios se dispararon y la gente padeció angustias. Esa situación puede volverse indefinida si no se toman medidas urgentes. La agricultura no espera, hay un tiempo perentorio para cultivar. No se pueden postergar las cosas; la demora genera un círculo vicioso y las consecuencias serán nefastas.

Pese a ello, Luis Arce hace esperar a los dirigentes agropecuarios. Les pide permiso a sus patrones, las mafias políticas que le marcan el libreto, para reunirse con los sectores productivos. Les exige que vayan a La Paz y luego los hace esperar una semana para atender sus demandas, que no necesitan ni audiencia ni reunión. El planteo es muy simple: si no se actúa ya mismo, la hambruna dejará de ser cosa de africanos y cubanos y se instalará en Bolivia de manera permanente.

Pero Arce no parece conmovido por esta realidad. Está más preocupado por su agenda política, de seguir manipulando la justicia, de anular las elecciones judiciales, organizar espectáculos para recibir aplausos, armar escándalos en el Congreso y asistir a reuniones absurdas, como lo hizo hace poco, en medio del sufrimiento del pueblo boliviano.

Cada minuto que pasa, la crisis se acentúa, generando aumento de precios, lo cual significa más pobreza, caída de la producción y pérdida de empleo. Hace tres años que el país está bloqueado, no solo por los permanentes cortes de carreteras, sino por todos esos miles de camiones cargados que no pueden circular, por millones de toneladas de productos que no pueden llegar a destino, micros paralizados, chicos que no pueden ir a la escuela, negocios que se cierran. Tal vez Arce tiene un as bajo la manga, una varita mágica de la que brotarán las soluciones. Las estamos esperando.

Luis Arce sigue sin reaccionar ante la crisis de combustible en Bolivia, mientras el país enfrenta desabastecimiento y bloqueo agrícola. A pesar de la urgencia de tomar medidas inmediatas, Arce prioriza su agenda política, agravando una situación que amenaza con profundizar la pobreza y el colapso económico.