Tribuna

PAN-BOL: el nuevo juguete de Evo Morales, y el TSE, ahora empleado de confianza de Arce Catacora

PAN-BOL: el nuevo juguete de Evo Morales, y el TSE, ahora empleado de confianza de Arce Catacora
Alberto De Oliva Maya | Columnista
| 2024-11-18 18:52:53

A estas alturas, con la fecha límite acercándose para que los partidos políticos regularicen sus papeles, parece que estamos ante un milagro electoral: en 2025, Bolivia podría tener la menor cantidad de partidos habilitados en su historia. ¡Qué eficiente nuestro Tribunal Supremo Electoral (TSE)! O, quizá, deberíamos llamarlo el nuevo "Departamento de Recursos Humanos" del gobierno.

El Tribunal Constitucional, con magistrados tan serviciales que hasta dan ganas de llevarles flores, dicta resoluciones a favor del oficialismo sin siquiera pestañear. Son el Dream Team del gobierno, garantizando la perpetuidad del poder a cualquier costo, incluso a expensas de esa desgastada señora llamada Democracia. Tantos lucharon por rescatarla, solo para verla convertida en un trapo sucio.

Seguimos moviendo alfiles, torres y peones en un ajedrez viciado. El jaque mate ya está decidido, aunque el pueblo, pobre infeliz, ni siquiera sabe dónde está el tablero. Todo se configura a favor del gobierno y su fiel aliada: la corrupción.

Y qué sorpresa: los viejos "reyes" caídos, Tuto y Rubén, resurgen como paladines de la democracia, dispuestos a enfrentarse al MAS en plena decadencia. Parece que se pusieron de acuerdo para dividir el voto y garantizar una segunda vuelta, donde los deMAS (sí, con mayúsculas) llegarán cabalgando con sus caballos cojos, tratando de aparentar alguna intención de cambio.

Los Demócratas y Tuto, por supuesto, vuelven a aliarse. Porque, si algo nos han demostrado, es que sus intereses personales están muy por encima de cualquier valor ético o moral. Nada nuevo bajo el sol: sabemos lo que hicieron y lo que harán si comparten el poder con los demonios de Arce y sus secuaces.

Tuto, ¡qué personaje! Una mente brillante, un hombre de Estado, pero experto en vender su ego al mejor postor. Lástima que su ambición lo empuje a aliarse con los MÁS corruptos del oriente. Claro, él sabe jugar al mártir de la democracia, debilitándola en lugar de fortalecerla.

Mientras tanto, los partidos políticos que quedan en pie aumentan su cotización en este "Wall Street" de la democracia boliviana. El FRI, que presume ser de izquierda solo de nombre, espera la oferta correcta. Carlos Mesa, por su parte, ni se molesta en disimular: todos sabemos que no gastará ni un centavo de su bien ahorrado dinero, acumulado, según muchos, a punta de corrupción.

La UCS, la eterna franquicia de Jhonny Fernández, siempre está disponible para quien pague mejor. Eso sí, quien desee su apoyo deberá aflojar unos buenos millones y, de paso, cederle la mitad de los espacios de poder al buen "Jhonny Cash".

El MTS vive su propia novela: decidir si sigue apostando por un Berzaín de la familia del "Zorro" o si los exesposos Patzi se ponen de acuerdo para convertirse en millonarios en tiempos de vacas flacas. Porque, en la política boliviana, todos tienen un precio... incluso los ex.

Por otro lado, Unidad Nacional sigue siendo el único partido con un dueño real: Samuel Doria Medina, un hombre convencido de que el poder se compra con ideas, propuestas y, por supuesto, dinero. Su problema es la falta de carisma; la billetera es grande, pero el encanto personal no se puede comprar.

Los Demócratas, un partido cruceño sin principios ni valores, destacan por el precio de venta de sus dirigentes, ya vendidos al masismo. Tuto, desesperado, podría ofrecerles una alianza para ganar algo de respaldo cruceño.

¿Y PAN-BOL? Evo Morales parece señalar al partido, que probablemente será inhabilitado por ser "evista", mientras negocia a sus anchas. Drogas, dinero y amenazas nunca le faltan.

El TSE, como siempre, le da tiempo extra al MAS para regularizarse, ampliando plazos hasta el 20 de diciembre. ¡Qué considerados! Para entonces, el MAS estará tan limpio como Evo en sus juicios por pedofilia.

Para las elecciones, el MAS apostará por un candidato dispuesto a proteger a Arce. ¿Será el alcalde bigotón, soñando con la silla presidencial?

El MNR, con sus viejos zorros políticos, ve una oportunidad de regresar al poder. Quizá elijan un candidato serio esta vez. A fin de cuentas, su estructura partidaria sigue latente, esperando el llamado de la gloria.

Y el nuevo partido, Nueva Generación Patriótica, financiado por un minero acaudalado de Oruro, entra en escena. Nadie sabe de qué lado juega; lo único claro es que en Bolivia la ideología importa menos que el brillo del oro y los maletines negros.

Nuestra democracia se ha convertido en un juego de tronos donde dinero, fraude, corrupción y narcotráfico dominan el tablero. Mientras los políticos se ríen camino al banco, los ciudadanos votan soñando con un cambio.

Nos prometieron un país de oportunidades, pero los mismos de siempre se reparten el pastel. Bolivia no pertenece a un puñado de corruptos ni a los que se esconden detrás de siglas sin principios. Bolivia es de todos: del campesino, del obrero, de la madre luchadora, del empresario que arriesga, y de los jóvenes que sueñan con un futuro mejor.

Es hora de levantarnos, de exigir un cambio real con acciones, no con discursos vacíos. La verdadera revolución no está en la "Casa Grande del Pueblo", sino en las calles, en las plazas y en los corazones de quienes saben que merecemos un país donde el futuro no esté hipotecado a los caprichos de unos pocos.

Que no nos callen MÁS. Que el miedo cambie de bando. Que el pueblo recupere su destino.

Alberto De Oliva Maya | Columnista