Los bolivianos seguimos repitiendo que vamos camino a convertirnos en otra Venezuela o Cuba, pero ya no hace falta mencionarlo, pues en casi todos los indicadores estamos muy cerca de ambas dictaduras. Aunque todavía nos queda el consuelo de Haití, no debemos perder la fe: allá vamos. Lo sucedido recientemente en el Chapare, donde bandas criminales tomaron cuarteles militares y policiales, deja en claro que el estado está desapareciendo aceleradamente en Bolivia, mientras las mafias cobran cada vez más fuerza. Si hablamos de escasez, colas, inflación, falta de libertad económica y ausencia de dólares, estamos casi a la par de los venezolanos. Esta realidad queda reflejada en la reciente publicación del índice de Riesgo País, que ubica a Bolivia con 1942 puntos, solo superado por “Madurolandia”. Para dimensionar la gravedad, el riesgo de invertir en Bolivia es 22 veces mayor que en Uruguay, el mejor posicionado y casi tres veces superior al de Argentina, un país que ha reducido a la mitad este indicador tras varios años de estar en el fondo. A Luis Arce habría que recordarle que avanza en contraflecha y necesita brújula..