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Amanda Seyfried dejó Hollywood por una vida en una granja del norte de Nueva York

La actriz de “Mamma Mia!” tomó una decisión drástica al mudarse al campo. Su elección no responde a una tendencia pasajera.

Convertida en madre, valora criar a sus hijos en un entorno rural lejos de Hollywood.
Cultura & Espectáculos | Infobae | 2024-11-20 18:01:00

En una decisión que rompe con el estilo de vida glamuroso de Hollywood, Amanda Seyfried dejó atrás la ciudad y se mudó a una granja en el norte del estado de Nueva York. Este cambio, que inició hace casi una década, no fue motivado por una moda, sino por su deseo de encontrar una vida más serena y equilibrada.

Según relató la propia actriz de “Mean Girls” y “Mamma Mia!” en una entrevista reciente, la elección de vivir en contacto con la naturaleza fue fundamental para su bienestar emocional. “Quedarme aquí fue la mejor decisión por la privacidad, la paz y la naturaleza. Ofrece una vida más equilibrada que la ciudad”, confesó a Forbes.

Motivos de la Mudanza

Amanda Seyfried buscaba alejarse del ajetreo urbano, especialmente de los desafíos que impone el estilo de vida de la industria del entretenimiento. Al mudarse “al norte del estado mucho antes de tener una familia”, Seyfried encontró un espacio donde la calma y la conexión con el entorno natural le ofrecían la posibilidad de cultivar una vida menos demandante, libre de los paparazzi y las presiones de la vida pública.

Desde entonces, nunca miró atrás. Para la actriz, esta granja representa un santuario personal que contrasta radicalmente con la intensidad de los eventos de prensa y los sets de filmación en las grandes ciudades.

Beneficios para la salud mental

Para Seyfried, vivir en una granja no solo fue una cuestión de estilo de vida, sino una necesidad emocional. La actriz señaló en la entrevista que la vida al aire libre fue “esencial para mi salud mental”. Esta conexión con la naturaleza le permite desconectarse de las presiones de su carrera y encontrar un espacio de paz tras el ajetreo de la industria.

Después de eventos glamorosos y viajes de trabajo, regresa a su casa en la granja, donde se siente plena. “Me encuentro en casa y aún más feliz en mis botas, en el barro, alimentando a los animales”, le dijo a Forbes. Esta rutina, lejos de las exigencias del cine, se convirtió en su mecanismo de equilibrio emocional.

Vida familiar y crianza

Como madre de dos hijos, Nina de 7 años y Thomas de 4, fruto de su relación con el actor Thomas Sadoski, Seyfried valora la oportunidad de criar a sus hijos en un ambiente rural, alejado de los flashes y el ruido de Hollywood. Criarse en la granja les permite a sus hijos interactuar directamente con la naturaleza y los animales, inculcándoles valores como la responsabilidad y el respeto por la vida.

“Puedo verlos aprender la responsabilidad y el placer que implica cuidar de las mascotas, incluso a una edad temprana”, explicó la actriz, quien enfatizó que esta experiencia también fortaleció el vínculo familiar.

La relación de Seyfried con los animales es profunda y significativa. En su granja convive con una gran variedad de animales, entre ellos un perro llamado Finn, su fiel compañero de años, quien incluso desarrolló una curiosa amistad con un pato que también reside en el lugar.

A este peculiar grupo se suman ponis, caballos, cabras, burros, gallinas y un gato, que crean un entorno que para ella es casi una familia extendida. Para la actriz, los animales son una fuente de propósito y alegría; considera que cuidar de ellos y velar por su bienestar es su responsabilidad, una misión que disfruta junto a sus hijos.

Un cambio de vida que inspiró a otras celebridades

Ella no es la única famosa que optó por un retiro en la naturaleza en lugar de la vida pública de Hollywood. Aunque este estilo de vida puede parecer poco convencional para una estrella de su calibre, la actriz se suma a una lista creciente de celebridades que encuentran en el campo un escape al frenesí de la fama.

La tendencia de abandonar la vida urbana por una vida más sencilla es cada vez más común en el ámbito del entretenimiento, donde el estrés constante suele cobrar un alto precio emocional.