Editorial

¡Es el capitalismo, estúpido!

El capitalismo, aunque atacado constantemente por quienes lo culpan de perpetuar la pobreza y la desigualdad, ha sido el motor detrás de los mayores progresos de la humanidad...

Editorial | | 2024-11-29 01:45:59

El capitalismo, aunque atacado constantemente por quienes lo culpan de perpetuar la pobreza y la desigualdad, ha sido el motor detrás de los mayores progresos de la humanidad. Las cifras más recientes hablan por sí solas: según el Banco Mundial, la pobreza extrema se redujo del 35% de la población global en 1990 a menos del 8% en 2022, sacando a más de 1.000 millones de personas de la miseria.

China e India son ejemplos claros. En 1980, China tenía un PIB per cápita de solo $194; hoy, supera los $12.700. Gracias a las reformas de mercado, más de 800 millones de chinos abandonaron la pobreza extrema. En India, las reformas económicas de los años 90 lograron reducir la pobreza extrema del 49% en 1981 al 12% en 2019, beneficiando a más de 415 millones de personas.

Además, la desigualdad global ha disminuido por primera vez desde el siglo XIX, impulsada por el crecimiento de los países en desarrollo. Entre 2000 y 2015, el coeficiente de Gini global se redujo, mientras que el ingreso promedio de los países de ingresos bajos y medianos se duplicó entre 1980 y 2020.

En términos de calidad de vida, el impacto del capitalismo es innegable. La esperanza de vida global pasó de 52 años en 1960 a 73 años en 2020, y la mortalidad infantil cayó de 152 muertes por cada 1.000 nacimientos en 1950 a solo 27 en 2020. Estos avances son resultado del comercio, la innovación y la inversión privada.

Incluso durante la pandemia de COVID-19, el capitalismo demostró su eficacia. Las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, desarrolladas en tiempo récord, salvaron millones de vidas gracias a los incentivos del mercado. Más de 12.000 millones de dosis fueron distribuidas en 2022.

A pesar de estos logros, el capitalismo enfrenta críticas constantes en las guerras culturales contemporáneas. Narrativas anticapitalistas, alimentadas por sectores progresistas y populistas, ignoran que muchas crisis económicas son resultado de políticas estatistas. Venezuela, por ejemplo, pasó de ser una economía próspera en los años 70 a un país devastado por controles de precios y expropiaciones masivas.

Los retos del capitalismo son reales, desde el cambio climático hasta la desigualdad residual. Sin embargo, demonizarlo es un error. La innovación capitalista está liderando soluciones sostenibles como las energías renovables y la captura de carbono.

El capitalismo ha reducido la pobreza, mejorado la calidad de vida y fomentado la igualdad global como ningún otro sistema. Reconocer sus logros no implica ignorar sus fallas, sino defender un modelo que ha demostrado ser el mejor aliado en la lucha por un futuro más equitativo. Los números no mienten: el progreso bajo el capitalismo no es casualidad, sino el resultado de su capacidad para incentivar la creatividad, premiar el esfuerzo y permitir la cooperación a gran escala.

El progreso alcanzado bajo el capitalismo no es casualidad. Es el resultado de un sistema que incentiva la creatividad, premia el esfuerzo y permite la cooperación a gran escala. Defenderlo no implica ignorar sus fallas, sino reconocer que, con ajustes y mejoras, sigue siendo la mejor herramienta para construir un futuro más próspero y equitativo.