El pan, elemento básico en la mesa de los bolivianos, ha experimentado un incremento significativo en su precio, pasando de Bs 0,50 a Bs 0,80 en Santa Cruz. Este cambio, que afecta directamente el bolsillo de las familias, no es una sorpresa. Más bien, es el resultado de una serie de factores económicos, climáticos y políticos que han convergido en un déficit histórico de harina y una marcada escasez en el mercado nacional.
La reciente campaña de trigo, descrita por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) como la peor de los últimos 30 años, ha dejado al país produciendo apenas el 5% de su demanda anual de trigo. Con solo 35.000 toneladas cosechadas frente a las 800.000 necesarias, las esperanzas de una producción suficiente para abastecer el mercado interno han sido sepultadas por la sequía y la falta de incentivos al sector agrícola.
A pesar de las promesas gubernamentales de garantizar la seguridad alimentaria y realizar importaciones masivas de harina, las medidas implementadas no han logrado estabilizar la situación. Los panificadores denuncian problemas de abastecimiento, aumento en los costos de la harina y la calidad del producto suministrado por la estatal EMAPA. Mientras tanto, las amas de casa se enfrentan a una realidad en la que su presupuesto ya no puede cubrir la misma cantidad de productos básicos.
El gobierno ha intentado contener la crisis con medidas como la importación de 80.000 toneladas de harina y la implementación de un arancel cero para facilitar las importaciones. Sin embargo, estas acciones no han sido suficientes para evitar la escasez ni para garantizar un abastecimiento estable. Los panificadores denuncian la baja calidad de la harina distribuida por la estatal EMAPA y señalan que los precios de este insumo se han disparado en los mercados locales, alcanzando hasta Bs 260 por quintal en comparación con los Bs 136 ofrecidos por el gobierno en determinadas regiones.
Este incremento, aunque explicado por diversos factores, evidencia la falta de políticas públicas sostenibles que prioricen la seguridad alimentaria. Expertos en agricultura señalan que Bolivia ha dejado de lado cultivos básicos como el trigo, mientras se privilegian cultivos industriales o destinados a la exportación. A continuación, se presentan los 10 factores principales que han contribuido al alza del precio del pan:
Factores que contribuyen al incremento
1. Sequía y crisis climática: Las condiciones climáticas extremas han reducido drásticamente la producción de trigo en el país.
2. Caída histórica en la producción nacional: La última cosecha solo cubre el 5 por ciento de la demanda anual.
3. Falta de incentivos agrícolas: El sector triguero ha recibido escaso apoyo estatal, desincentivando su cultivo.
4. Dependencia de importaciones: Bolivia importa más del 95% del trigo que consume, exponiéndose a la volatilidad del mercado internacional. La escasez de dólares en Bolivia agrava este problema.
5. Aumento del precio de la harina importada: El costo del quintal de harina importada subió significativamente, afectando a los panificadores.
6. Contrabando desde Argentina: La falta de control sobre el contrabando afecta tanto el abastecimiento como los precios internos.
7. Problemas de distribución estatal: La harina subsidiada no llega a todos los panificadores debido a bloqueos y denuncias de mala gestión.
8. Cambio de prioridades agrícolas: El país ha priorizado cultivos industriales sobre los destinados al consumo humano.
9. Falta de políticas de seguridad alimentaria: No existen estrategias claras para garantizar la autosuficiencia en cultivos esenciales como el trigo.
El incremento del precio del pan es más que un tema económico; es un síntoma de una crisis más profunda que demanda soluciones estructurales. Mientras tanto, los consumidores ven cómo su acceso a un alimento básico se complica, y los panificadores enfrentan un futuro incierto en un contexto de tensiones sociales y económicas.