En los últimos días, Santa Cruz ha sido escenario de largas filas en las estaciones de servicio debido a problemas con la lectura de las tarjetas del Sistema B-Sisa, necesarias para la compra de combustibles. Conductores han expresado su molestia al no poder cargar gasolina, mientras que otros mencionan que recibieron información incorrecta sobre la vigencia del dispositivo.
Lesly Lanza, directora distrital de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), aclaró que el B-Sisa no tiene fecha de caducidad. Sin embargo, factores como la humedad, daños en el parabrisas o uso inadecuado podrían afectar su funcionamiento, limitando la capacidad de los surtidores para leer la tarjeta.
“El dispositivo no expira, pero en Santa Cruz, debido al clima, se estima que su vida útil es de cinco años. Si la tarjeta está dañada, puede ser necesario reponerla. La reposición tiene un costo de Bs 60 y requiere que el propietario presente el vehículo, el RUAT, su licencia de conducir y la boleta de pago del Banco Unión”, explicó Lanza.
Los puntos de atención incluyen surtidores como el Urubó (Cuarto Anillo), Totaitú (Carretera al Norte) y Emanuel (Doble Vía a La Guardia). Desde el sábado, también se atenderá en el surtidor San Luis (Radial 10).
La ANH reporta que diariamente se registran más de 150 vehículos y motocicletas para la reposición de la tarjeta. Asimismo, recordó que los usuarios pueden presentar quejas en las oficinas de Odeco de las estaciones o mediante las líneas gratuitas de la entidad.
Con estas medidas, la ANH busca mitigar los inconvenientes y aclarar que el B-Sisa no requiere renovación periódica.
