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La lección que nos deja la elección judicial

La lección que nos deja la elección judicial
Alberto De Oliva Maya | Columnista
| 2024-12-28 00:08:00

Ah, las elecciones judiciales: ese rayo de luz en el océano de desilusiones. Quién lo diría, los bolivianos demostramos que no somos tan fáciles de manipular. Sorprendentemente, los votantes, guiados por información veraz (un milagro en sí mismo) y estrategias "innovadoras" (dígase, no votar por los que claramente representaban al oficialismo), optaron por candidatos independientes. Sí, esos desconocidos que ahora tienen la legitimidad del pueblo y no del gobierno. ¡Qué concepto tan revolucionario!

Este reciente proceso electoral judicial ha dejado una lección clara y esperanzadora: la ciudadanía supo elegir y esto es lo importante.

Pero no nos engañemos, este éxito no fue fruto del azar. Todo se logró gracias a una valiente diputada de Tarija que, con su equipo, expuso a los "azules" seleccionados de manera, digamos, poco decorosa por comisiones parlamentarias. Esta legisladora, en lugar de subirse al tren del voto nulo, decidió que, tal vez, solo tal vez, votar por alguien viable podría funcionar. ¿Y qué creen? Funcionó. Quién lo hubiera imaginado: votar con criterio da resultados.

Estos candidatos, desconocidos para la mayoría hasta hace poco, ahora cuentan con la legitimidad del pueblo, no del gobierno. Esta distinción es crucial, ya que los elegidos tienen la obligación moral de liderar una recuperación integral de la justicia y de combatir frontalmente la corrupción que ha corroído al Poder Judicial durante décadas.

Esto, por supuesto, contrasta con los brillantes liderazgos opositores que prefirieron promover el voto nulo, esa estrategia probada de "hacer nada para cambiar algo". El diputado Alarcón y sus colegas afines a CC deben estar reflexionando profundamente sobre el impacto trascendental de su aporte. La verdad es que no lo están.

Y aquí viene la lección de oro: para cambiar la realidad, hay que dejar de insistir en lo que no funciona. Innovar, informarse y apostar por soluciones pragmáticas son pasos esenciales. Pero claro, eso suena mucho más difícil que gritar "voto nulo" desde un podio luego de fracasar dos veces con lo mismo.

La experiencia de esta elección judicial demuestra que repetir estrategias fracasadas solo perpetúa los problemas. En cambio, buscar alternativas y actuar de manera diferente puede generar resultados transformadores.

Y esto se aplica ahora, en la "unidad política"... Pasemos al show principal: la "unidad" política proclamada por cuatro líderes bolivianos. Una verdadera obra maestra de la hipocresía. Desde 2008, hemos sido espectadores de esta comedia repetida. Cada cuatro años, los mismos actores, las mismas promesas vacías y los mismos resultados desastrosos. ¿Cuántas veces más veremos firmar papeles que solo sirven para engordar egos?

Para las próximas elecciones generales, los bolivianos debemos evitar caer en la repetición de los mismos errores que han conducido a fracasos continuos. La insistencia en los mismos liderazgos y estrategias que han demostrado ser ineficaces no es una vía hacia el cambio. Es momento de buscar alternativas reales y apostar por un cambio genuino que permita construir un país más justo y equitativo.

Las cosas buenas deben replicarse. No podemos seguir insistiendo con prácticas que solo han dejado sinsabores y derrotas electorales, profundizando la crisis existencial que atraviesa nuestro país en los ámbitos económico, social y político.

Ejemplos sobran. En el pasado, cuando la "media luna" tenía el potencial para frenar a Evo Morales, los liderazgos de entonces, con la misma estrategia de unidad, no supieron unirse de manera efectiva. La historia se repite 4 años más tarde, donde siguen apareciendo tres de los líderes que ahora siguen vigentes. Con declaraciones incoherentes y contradicciones evidentes.

¿Volvamos a preguntarnos, cuántas veces vamos a verlos firmar papeles que no sirven más que para reforzar su amor al protagonismo? Vemos a estas luminarias, cada una más incoherente que la otra. No son otra cosa que Los “Unificadores” de la Nada.

Tuto Quiroga, por ejemplo, no tardó ni dos días en contradecirse: "Mi candidatura a la presidencia es irreversible", declaró con convicción. Samuel Doria Medina, siempre pragmático, llamó la atención: "¿Qué confianza se puede tener?", preguntó. Excelente pregunta, Samuel, la misma que todos nos hacemos desde hace décadas.

Y luego tenemos a Camacho desde Chonchocoro, con su perla: "Quien no apoya la unidad es masista". Claro, porque nada dice "unidad" como etiquetar a los críticos. Mientras tanto, Branko Marinkovic, en un acto de generosidad sin precedentes, declara su apoyo a Camacho.

Este empresario, ex cívico y político, afirmó, que apoyaría al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, si decide postular a la presidencia y consideró que los “políticos tradicionales” buscan aprovecharse de su figura para ganar los votos de Santa Cruz, ya que, en la lógica de estos últimos zorros políticos, respaldar a un candidato preso sin posibilidad de hacer campaña siempre será una estrategia ganadora.

“Veo a cuatro políticos tradicionales que se aprovechan de un candidato que está en la cárcel, que saben que necesita salir y que no puede hacer campaña y dicen ‘a éste lo vamos a usar porque nos conviene porque como allá está preso, allá está tranquilo y no nos va a perjudicar’. Yo creo que están muy equivocados, cuidado que Camacho se presente, yo creo que la están pelando al gajo como se dice, ellos están subestimando a Luis Fernando. Yo siempre estaré agradecido con Luis Fernando porque por él pude volver al país” Una clara muestra de decencia política.

La verdad es ineludible: insistir con los mismos personajes y las mismas ideas es como remar en un círculo infinito. Mucho esfuerzo, cero avances. Es hora de dejar atrás a estos "unificadores de la nada" y buscar un liderazgo que realmente represente un cambio. Porque, al ritmo que vamos, las elecciones generales de 2025 podrían ser otro capítulo más en esta tragicomedia que llamamos política boliviana.

¡FELIZ NAVIDAD QUERIDOS LECTORES! ¡¡DIOS LOS BENDIGA!!

Alberto De Oliva Maya | Columnista