Este año, en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, se contempla para la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, Silala y Recursos Hídricos Internacionales (Diremar), una asignación de 11,4 millones de bolivianos. Un experto opina que las tareas de esta entidad pueden ser atendidas por otras dependencias de la Cancillería para evitar duplicidad de funciones y generar ahorro al Estado.
La mayor parte de los 11,4 millones, se destinan al grupo uno, de servicios personales, los que suman 7,4 millones de bolivianos, al grupo 2, de servicios no personales, 3,6 millones de bolivianos.
El grupo uno contempla gastos por concepto de servicios prestados por el personal del sector público: remuneraciones, así como los aportes patronales al sistema de previsión social y otros, mientras el grupo dos abarca gastos para atender pagos por la prestación de servicios de carácter no personal como ser: servicios básicos (agua, electricidad), alquileres, mantenimiento y reparación de equipos, servicios profesionales como consultorías y otros.
Diremar fue creada mediante Decreto Supremo 0834 el 5 de abril de 2011, al igual que el Consejo Nacional de Reivindicación Marítima.
Según la propia entidad, nació para prestar apoyo necesario en cualquier acción diplomática, jurisdiccional y administrativa —emergente de la demanda marítima boliviana—, al Consejo de Reivindicación Marítima, al Consejo Permanente de Ex Presidentes, Ex Cancilleres, Personalidades e Intelectuales y al agente o coagente del Estado ante tribunales internacionales, así como en la demanda del Silala y en cuestiones relativas a recursos hídricos internacionales.
El analista internacional Francisco Xavier Solares, indicó que en el PGE 2025 se observa una reducción del presupuesto de Diremar que seguramente tiene que ver con una disminución en la contratación de consultores de algún bufete de abogados.
Pero aseguró que no tiene sentido una entidad como Diremar, ya que las personas que están dedicadas a este trabajo estratégico con el tema marítimo o Silala y recursos hídricos, pueden tranquilamente pasar a depender de la Cancillería.
“No tiene sentido una instancia como Diremar porque las personas abocadas a temas estratégicos pueden pasar a depender de Cancillería, hacen el mismo trabajo que otros profesionales en las diferentes unidades encargadas de temas bilaterales y se genera un gasto innecesario”, puntualizó.
Bolivia perdió las dos grandes demandas por una salida al mar y las aguas del Silala con Chile y son procesos con fallos definitivos.
Solares también observó la falta fiscalización a Diremar porque desde el legislativo, las comisiones de política internacional, nunca pidieron un informe sobre los resultados alcanzados por el trabajo de Diremar. “Es un gasto innecesario en Diremar, porque si se observa el organigrama de Cancillería, se tiene la dirección de Límites y Fronteras, la dirección Fluvial, de Ríos Internacionales donde el personal de Diremar puede ir a esas oficinas, no tiene sentido contar con Diremar porque la demanda marítima y del Silala son casos cerrados”, subrayó.
Las tareas de Diremar
Diremar, en su informe de rendición pública de cuentas inicial 2024, informó que en la temática de reivindicación marítima Diremar coadyuvará en la construcción de una nueva agenda bilateral con Chile basada en intereses comunes que le permitan a Bolivia negociar una salida soberana al Océano Pacífico, en una etapa post fallo de la Corte Internacional de Justicia.
En la temática de la defensa de los derechos de Bolivia sobre las aguas del Silala, señalaba que realizará el asesoramiento estratégico que sea necesario para el ejercicio de sus derechos reivindicados por el fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre la naturaleza y uso de las aguas del Silala.
Mientras que, en la temática de la defensa de los derechos de Bolivia sobre los recursos hídricos compartidos con Chile, Diremar anunciaba el año pasado que propondrá alternativas jurídicas para su defensa a fin de garantizar su conservación, protección, preservación, restauración, uso sostenible y gestión integral.
