Ander Herrera se convierte en el gran bombazo que cerró Boca como refuerzo en el mercado de pases. A la espera de que el español viaje a la Argentina para hacer oficial su contratación, es un hecho que Fernando Gago contará con un volante que mutó su posición a lo largo de su carrera, pero que nunca negoció su jerarquía y voz de mando.
Nacido en el País Vasco en 1989, Herrera empezó su formación en Real Zaragoza como mediocampista ofensivo. Allí se destacó por su llegada al área y por su manejo de balón, y rápidamente saltó al Athletic de Bilbao.
En aquella primera etapa en el equipo vasco, de donde emigrará ahora para llegar a Brandsen 805, coincidió con Marcelo Bielsa, a quien valoró por su forma de entender el fútbol. "Él nos decía que la mejor manera de defender era seguir atacando. Le hace muy bien al fútbol", sostuvo en una entrevista con Martín Ainstein.
Al tiempo, recaló en el Manchester United y allí empezó a retrasarse en el terreno de juego, ocupando más la posición de interno. No obstante, su peligro seguía latente y sumado a su posterior paso en París Saint-Germain -ocho temporadas entre los conjuntos de Inglaterra y Francia respectivamente-, anotó 26 goles y dio 33 asistencias.
Para su mala fortuna, tanto en los Red Devils como en el elenco parisino, donde compartió plantel con Lionel Messi, los problemas físicos se tornaron frecuentes y redujeron su tiempo de juego, además de que lo llevaron a cambiar su función, actuando más como un doble cinco. Claro está que esto lo alejó del gol: sus últimas tres temporadas, ya en un segundo ciclo en Bilbao, no convirtió tantos y repartió 4 asistencias.
Sin embargo, Herrera compensó la poca velocidad en los piques largos potenciando su lectura de juego y posicionamiento, sumado a la buena resolución en espacios cortos, sus grandes cualidades. De esta manera, Gago podría tener un futbolista símil a Pol Fernández en cuanto a características y así acompañar a Tomás Belmonte, quien terminó siendo el cinco titular.