La Fundación Milenio observó el contrato firmado entre Bolivia y la rusa Uranium One Group ya que el estado asume gran parte de los riesgos y la empresa privada, ninguno. Uno de los puntos que llama la atención de esta entidad es que el documento establece la construcción de una planta en 18 meses y de ahí el acuerdo queda extinguido. “Lo que queda en la penumbra es quién tendrá la responsabilidad de concluir la construcción de la planta”, señaló Henry Oporto, director de Milenio, citado en un boletín.
El 11 de septiembre de 2024, la estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) firmó un contrato con Uranium One Group con la expectativa de producir 14 mil toneladas de carbonato de litio por año en el salar de Uyuni, con la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) y con una inversión prevista de $us 970 millones.
Para su entrada en vigencia, el contrato debe ser aprobado por la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) donde el gobierno de Luis Arce ha tenido problemas para sacar adelante diversos proyectos al no contar con una mayoría parlamentaria, debido a la pelea entre las dos facciones del MAS.
Otro asunto, que según Oporto es más grave, es que pese a que YLB tiene la mayoría accionaria del 51% no será propietaria de la planta que se construya. “UOG construirá la planta, pero para hacerse cargo de su operación y mantenimiento, deberá firmar otro contrato. Además, la compañía rusa, mediante otro contrato, adquirirá el derecho de comprar y comercializar el litio que ella misma produciría”, agregó Oporto.
Milenio remarca que no existe garantía de que la firma rusa opere la planta que se construya.
Omar Alarcón, presidente de YLB, replicó que los contratos firmados con Uranium y consorcio chino Hong Kong CBC garantizan la soberanía y la seguridad jurídica para Bolivia. “También el riesgo de la implementación en cada una de las etapas de la planta, es a riesgo total de las empresas que están haciendo inversión”, enfatizó en entrevista con los medios estatales.