El expresidente Evo Morales mostró este domingo otra faceta de su estado anímico al sonreír, bromear con sus colaboradores y cuestionar a las autoridades del Gobierno mientras conducía su programa dominical desde su domicilio. Esto ocurrió sin aparentar ningún rastro de debilidad, pese a que días antes se había excusado de asistir a una audiencia cautelar en Tarija, argumentando problemas de salud.
Morales, a través de sus abogados, había informado que debía guardar reposo debido a un cuadro de neumonía y bronquitis, motivo por el cual no asistió a la audiencia convocada por el juez Nelson Rocabado para que responda por delitos de trata y tráfico de menores. Ante su ausencia, el juez emitió una orden de aprehensión, arraigo, congelamiento de cuentas y anotación preventiva de bienes.
En su programa dominical, Morales estuvo acompañado por el abogado Nelson Cox y el expresidente de la Asamblea Legislativa Departamental de Cochabamba, Juan Carlos Iraola. Durante la transmisión, Morales bromeó con Iraola después de que este lo calificara como “líder indiscutible”, a lo que respondió que eso no era del todo cierto, ya que en algún momento había discutido con él, comentario que generó risas entre los panelistas.
El expresidente relató que su salud se deterioró desde el 24 de diciembre, cuando visitó su chaco, trabajó, se duchó y sufrió una recaída por no haber seguido las indicaciones médicas de reposo. Aseguró que desde entonces presenta tos seca y otros síntomas que lo mantienen limitado físicamente y lamentó que el juez Rocabado no haya tomado en cuenta los informes médicos que presentó como prueba en la audiencia.
Morales recordó que, tras una huelga de hambre, perdió 10 kilos, bajando de 85 a 75 kilos, y agradeció a los médicos de la alcaldía de Shinahota por su atención. Sin embargo, denunció que el Ministerio de Salud habría instruido a los médicos no viajar al Chapare para brindarle atención.
Según se indicó en el programa, más de 40 neumólogos y 20 cardiólogos habrían rechazado asistirlo, lo que calificó como una “mala señal” del Gobierno.
La transmisión del programa se realizó desde un ambiente contiguo a su dormitorio. Durante el mismo, Morales cuestionó al juez Rocabado, acusándolo de ejercer ilegalmente su cargo y de emitir una orden de aprehensión injusta. Admitió, además, que no busca atención médica especializada fuera del Chapare por razones de seguridad.
También denunció que un médico que lo habría diagnosticado fue despedido de un centro médico privado, lo que consideró un acto de represalia. De acuerdo con el cronómetro digital, el programa dominical tuvo una duración de 1 hora, 57 minutos y 4 segundos, tiempo en el cual Morales no mostró signos visibles de debilitación ni resfrío.