Editorial

Las “barbaridades” que hace Trump

Para tener idea de las “barbaridades” que ha hecho el presidente de Estados Unidos, Donald Trump con Colombia, en represalia por no recibir 180 deportados...

Editorial | | 2025-01-28 00:16:58

Para tener idea de las “barbaridades” que ha hecho el presidente de Estados Unidos, Donald Trump con Colombia, en represalia por no recibir 180 deportados, hay que decir que es mucho menos de lo que viene haciendo Luis Arce con los cruceños desde hace años: les impide exportar sus productos, les decomisa sus depósitos, les fija precios máximos para favorecer a intermediarios y contrabandistas, les prohíbe usar biotecnologías y manda a sus hordas a avasallar haciendas en plena cosecha, todo para destruir la economía regional, responsable de la alimentación de más del 70 por ciento de la población nacional.

Al menos Trump no les ha prohibido a los colombianos vender sus productos, sino que les ha impuesto un arancel del 25 por ciento y se trata de una medida que responde a un gesto desafiante del presidente Gustavo Petro, que violó un acuerdo previo que aceptaba el envío de indocumentados colombianos. El mandatario norteamericano actúa así porque supuestamente siente desprecio por los extranjeros, pero en nuestro caso se trata de alguien que castiga sin motivo a sus propios compatriotas, aunque es evidente el odio que siente Arce cada vez que habla de los “cambitas”.

Los que protestan por la virulencia de Trump exigen al “imperio” un trato misericordioso que ellos no ofrecen ni siquiera a los que burlescamente llaman “hermanos”. El nuevo gobierno estadounidense, al que califican como de “ultraderecha” sabe que la caridad empieza por casa y que en ese afán ha construido la nación más próspera del planeta adónde todos quieren ir a disfrutar de los beneficios de la libertad. Es el país que más importa, el que le compra a todos, el que busca que el libre comercio y la riqueza se globalicen, mientras que todavía hay muchos que quieren globalizar la miseria.

Paradójicamente son éstos los que reciben los aplausos y la admiración, como los chinos que están envenenando los ríos bolivianos, los rusos que exportan su guerra en todas direcciones, los iraníes que expanden el terrorismo y los cubanos que matan de hambre a su gente, modelo que buscan copiar en Bolivia.

Es drástico lo que hace Trump, pero es lo que viene haciendo Estados Unidos con la misma intensidad, desde que la migración se convirtió en un arma política de regímenes autoritarios que exportan el crimen mimetizado en el drama de miles de personas que buscan paliar la miseria, otro de los grandes productos exportables de las dictaduras.

Sólo el año pasado, Estados Unidos expulsó 14 mil colombianos y los mandó esposados, tal como manda el protocolo de cualquier país del mundo. Pero eso pasó con Biden y también con Obama, otro gran deportador de inmigrantes, pero que comulga ideológicamente con los que hoy echan el grito al cielo porque alguien llama las cosas por su nombre.

En este momento, en Estados Unidos hay miles de integrantes de la banda criminal Tren de Aragua, una de las más peligrosas del mundo, que se ha convertido en un problema de seguridad nacional para Washington. Esos mafiosos trabajan para la dictadura venezolana y han sido enviados expresamente para sembrar el terror y hacerse cargo de los negocios del cártel de los Soles, cuyo cabecilla es nada menos que el Diosdado Cabello, el principal colaborador de Nicolás Maduro. ¿Estamos exigiendo misericordia por ellos?