En el Bicentenario cruceño es bueno recordar que el Comité Pro Santa Cruz nace el 30 de octubre de 1950 para reivindicar no solo los derechos e intereses del pueblo cruceño, sino también para luchar contra el centralismo político y conquistar la autonomía departamental. En Santa Cruz se vio la necesidad de crear una institución que aglutinase a los cruceños sin tener en cuenta ni su ideología ni la clase social a la que pertenecían. La institución cívica nace a iniciativa de la Federación Universitaria Local (FUL), de la Universidad Autónoma “Gabriel Rene Moreno”. La primera directiva del Comité Pro Santa Cruz estuvo integrada por Ramón Darío Gutiérrez, como presidente; Reverendo Carlos Gericke, vicepresidente; Hernando García Vespa, secretario; Fernando Araúz, tesorero, los vocales Agustín Saavedra Suárez, Marcelo Terceros Bánzer, Mario Gutiérrez y Hernando Sanabria Fernández.
El Comité aprobó sus estatutos el 28 de diciembre de 1950, y obtuvo su personería jurídica el 28 de julio de 1951. El 16 de enero de 1952, el presidente Ramón Darío Gutiérrez brindó su informe de gestión en “reunión popular” que se realizó en la plaza 24 de septiembre. El 7 de octubre de 1957 nace la Juventud Cruceñista, y el 31 de octubre de 1957 la Unión Juvenil Femenina, que posteriormente cambiaron a Unión Juvenil Cruceñista y Comité Cívico Femenino. Sus fundadores y principales dirigentes fueron el Dr. Carlos Valverde Barbery y José Gil Reyes. La Unión Juvenil Femenina, nació con la Dra. Elffy Albretch como fundadora. Ambas flanquearon a la institución matriz durante las históricas luchas cívicas por el 11%, los servicios básicos, la refundación de Bolivia, la autonomía departamental, etc.
La institución asumió la defensa total de Santa Cruz, que prácticamente languidecía y era ignorada y discriminada por los gobiernos centrales. El estado de abandono en que se encontraba el departamento de Santa Cruz impulsó a los cruceños a buscar formas de asociación para atender sus requerimientos. Varios autores coinciden en señalar que el motivo principal de su creación fue, en principio, la dotación de servicios básicos a la ciudad, como agua, luz, alcantarillado y pavimento; además, emprender un ambicioso proyecto de desarrollo urbano para una población en sostenido crecimiento.
El Comité Pro Santa Cruz y las luchas cívicas dieron el impulso para que la elite creara y se dotara de los insumos necesarios para impulsar su propio modelo de desarrollo que le permitiera diferenciarse del resto de Bolivia, y afianzar su poder tanto interno como en el ámbito nacional. Las exigencias en procura de transformar el Estado centralista hacia un régimen autonómico, aumentaba en la medida en que se había reconquistado el sistema democrático (10 de octubre de 1982), y se masificaba la migración a Santa Cruz. El 26 de febrero de 1987, el Cristo Redentor fue testigo de lo que se denominó “Juramento a Santa Cruz”, que tomó el presidente cívico, Carlos Dabdoub Arrien, donde miles de cruceños se comprometieron a “defender su identidad y los símbolos de su propia fe, luchar contra el narcotráfico y conquistar su autonomía”.
Todas estas manifestaciones públicas buscaban igualmente la defensa de la cultura cruceña frente a lo que se consideraba y denunciaba como una invasión a nuestra identidad. A propósito la historiadora Paula Peña Hasbún, aclara estos conceptos: lo cruceño, la cruceñidad y el cruceñismo, que están vinculados con el estudio sobre la identidad de Santa Cruz. Lo cruceño está vinculado a las características históricas de la comunidad cruceña; la cruceñidad como la creación de una estrategia identitaria desarrollada por el Comité Pro Santa Cruz, y el cruceñismo, como una postura ideológica regional.
También el concepto de cultura es muy amplio, no se limita a la producción intelectual y artística de las sociedades, sino que incluye los modos de vida, de pensamiento; los valores y actitudes; la creación de instituciones y organizaciones; la predisposición y los obstáculos al progreso y desarrollo, entendidos éstos como el bienestar y el respeto a los derechos y libertades. La cultura interviene en las esferas políticas y económicas de las diferentes sociedades, y en nuestros días, su protagonismo es mayor que en cualquier otro momento de la historia contemporánea.
*Jurista y autor de varios libros.