Mientras el gobierno concentra sus energías en hacerle la guerra a la economía legal, a los productores que aportan al país, mantienen al estado y crean empleos decentes, las mafias gozan de excelente salud y el régimen cada vez pierde terreno frente a ellas. Una de las más poderosas es la de los contrabandistas, que en cinco años han asesinado a 16 militares dedicados a la lucha contra la internación ilegal de mercaderías al país. En ese mismo lapso han dejado 176 heridos y ocho efectivos discapacitados en ataques armados. El último acto de barbarie se produjo el sábado en Patacamaya (La Paz), donde un grupo de contrabandistas atacó salvajemente a dos militares que habían incautado un vehículo. Estuvieron a punto de quemarlos vivos y lo hubieran hecho de no haber sido por la intervención de varias mujeres que intercedieron por la vida de los uniformados. Pese al gran número de casos similares, existen muy pocos procesados. Al gobierno sólo les interesa perseguir a los hombres y mujeres de bien.