Editorial

Los buenos y los malos

Los socialistas siempre juzgan al mercado con argumentos morales. Dicen que es injusto, salvaje, especulador, acaparador, mientras que ellos dicen ser los paladines...

Editorial | | 2025-02-11 01:14:59

Los socialistas siempre juzgan al mercado con argumentos morales. Dicen que es injusto, salvaje, especulador, acaparador, mientras que ellos dicen ser los paladines de la moralidad: son solidarios, promueven la justicia social, incentivan la distribución de la riqueza, etc, etc. Pero al final de cuentas, ya sabemos muy bien adónde nos conducen unos y otros y cuál es el resultado de tanta bondad de los regímenes que abrazan el marxismo.

Qué va a pasar, por ejemplo si en bien de los precios bajos y la “buenura” del gobierno que quiere que todos coman carne barata, el estado les gana la pulseada a los ganaderos y comerciantes del país, que son decenas de miles, grandes y pequeños y no sólo los pocos que exportan. Qué va a pasar si el estado pone en marcha un costoso aparato policiaco que meta presos a los especuladores, incaute propiedades, decomise las carnicerías, cierre las fronteras y establezca un régimen de terror en contra de los que “deliberadamente y con instintos satánicos mueven sus hilos de forma malévola para que suban los precios”.

La dictadura cubana, tan admirada por su espíritu revolucionario, por sus inmensas cualidades morales, por su discurso a favor de los pobres y desprotegidos, por su enemistad con los ricos capitalistas y defensores del mercado, por su combate a los salvajes promotores del mercado…consiguió ese objetivo tan ansiado. En este momento no hay una sola vaca en toda la isla que no esté registrada por el gobierno, que mantiene el control absoluto de los animales que nacen y son llevados al matadero, bajo pena de cárcel al que decida por su cuenta el destino de un animal.

Veamos el resultado de semejante hazaña. Pese a que, antes de 1960, Cuba tenía una ganadería próspera, con alrededor de 160 mil haciendas productivas y un consumo per cápita de hasta tres kilos POR MES, hoy el hato ganadero se reduce a cuatro millones de cabezas, menos de la mitad de Bolivia y la ingesta de carne vacuna en promedio ha caído a los irrisorios 350 gramos POR AÑO, nivel que ni siquiera se puede ver en los países más miserables de África. En este momento, la población cubana registra niveles alarmantes de desnutrición con déficits pronunciados en la ingesta de proteínas, un factor que afectará drásticamente la salud y el desarrollo físico y cerebral de las nuevas generaciones.

Que lo anote bien Luis Arce, que cree que está haciendo bien las cosas, que se considera un hombre solidario y bueno y que es tan imitador del socialismo y de las bondades de Cuba. En este momento, en Bolivia se consume un promedio de 23 kilos de carne por año por persona, seis kilos menos que el promedio mundial. Esos datos han mejorado sustancialmente, gracias a las enormes mejoras que se han introducido en la ganadería del oriente, lìder internacional en los avances genéticos y manejo de ganado, actividad que ha dado un salto gigantesco desde que se abrieron los mercados a la exportación gracias al efecto multiplicador que surge por la búsqueda de calidad y la satisfacción de los estándares globales.

No se trata de ser buenos ni malos, sino de respetar las leyes naturales y nunca sustituirlas por dogmas equivocados, por recetas fallidas que nos conducirán indefectiblemente al desastre.

Si lo que busca el gobierno es que haya más carne, que los precios bajen y que no haya especulación, como asegura, que haga todo lo posible por apartarse del camino del mercado y que en todo caso, busque la manera de incentivar la producción, única manera de no terminar como Cuba.