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Liderazgo para un nuevo ciclo: una excelente iniciativa

Liderazgo para un nuevo ciclo: una excelente iniciativa
Alberto De Oliva Maya | Columnista
| 2025-02-12 01:16:11

El primer evento político preelectoral del año reunió a una diversidad de liderazgos, desde emergentes hasta reciclados, en un foro organizado por reconocidos medios de comunicación: Nueva Economía, El Deber y Radio Panamericana. Con la intención de ofrecer una visión clara sobre el futuro político, económico y social de Bolivia, el evento sirvió como un espacio crucial para que los aspirantes a la presidencia presentaran sus propuestas y posiciones ideológicas.

La anfitriona, Carola Capra, abrió el foro con una intervención elocuente y analítica. En un año marcado por la decadencia política, destacó la relevancia del bicentenario de Bolivia, instando a los presentes a imaginar un futuro mejor. Su mensaje, "Uno construye lo que se imagina", resonó como un llamado a la esperanza y al compromiso.

El primer orador, Samuel Doria Medina, sorprendió al proclamar la necesidad de derrotar a los "políticos tradicionales" y a los "profesionales políticos". La ironía de su afirmación no pasó desapercibida, considerando su larga trayectoria en la política. Su plan de gobierno, presentado con el optimismo de una receta milagrosa, prometía resolver la crisis en 100 días mediante medidas como el cierre de empresas públicas deficitarias, la reducción de gastos superfluos y la atracción de inversión extranjera. Sin embargo, su postura ideológica quedó difusa cuando evitó definirse entre socialismo, capitalismo o liberalismo.

El segundo en intervenir fue Chi Hyun Chung, pastor y médico, cuya popularidad en las encuestas genera tanto sorpresa como escepticismo. Su discurso, impregnado de referencias morales y religiosas, giró en torno a la recuperación de valores y la transformación espiritual de la sociedad. Entre sus propuestas destacaban la descentralización con un sistema de bancos centrales departamentales, una redistribución fiscal que favorezca a las regiones y un "perdonazo" impositivo. Su plan, denominado "Salvataje Nacional", buscaba posicionarse como la solución mesiánica para Bolivia.

La ausencia de Camacho y el reto de CREEMOS la suplió su representante, Efraín Suárez, quien presentó la visión de CREEMOS. El programa económico, elaborado por Jaime Dunn, generó dudas sobre su originalidad, dado que Dunn también coquetea con la candidatura presidencial. La exposición apresurada y técnica de Suárez dificultó la comprensión de sus propuestas, aunque abordó temas como la estabilidad económica, la autonomía regional y la reforma judicial. No obstante, la contradicción de un discurso liberal dentro de una coalición de partidos de izquierda quedó en el aire.

El académico en la política: Vicente Cuéllar, rector de la universidad más grande del país, ingresó al debate con un análisis crítico sobre el acceso al poder en Bolivia. Planteó la reducción del aparato estatal, el cierre de ministerios y empresas deficitarias, y la reforma del sistema judicial. Su postura nacionalista quedó evidente al afirmar que Bolivia debe ser gobernada por bolivianos nativos, marcando distancia con otros candidatos. Curiosamente, siendo académico, omitió la educación en su agenda de gobierno.

El momento más polémico llegó con la participación de Andrónico Rodríguez. ¿Un masista light? Se preguntaban al final de su disertación. El presidente del Senado y figura clave del oficialismo, vestido con un aire capitalista renovado, intentó posicionarse como una versión moderada del MAS. Sin embargo, su confesión sobre las maniobras ilegales en la Asamblea Legislativa expuso los métodos antidemocráticos que han caracterizado la gestión del partido en el poder. Su intervención fue una mezcla de cinismo y retórica reformista que dejó más dudas que certezas.

Rodrigo Paz, quien anunció su candidatura en vísperas del evento, se enfocó en la crítica al "Estado Tranca" y la necesidad de reanudar relaciones con Estados Unidos. Su discurso político, más que una exposición de propuestas, fue un acto de campaña prematuro. A pesar de su elocuencia, sus ideas no se diferenciaron sustancialmente de las ya presentadas.

Branko Marinkovic, el candidato ex cívico y empresario cruceño, irrumpió con un discurso directo y desafiante. Defendió la propiedad privada, propuso una reforma tributaria proinversión y abogó por la privatización de todas las empresas estatales. Con su estilo franco y sin rodeos, prometió una cirugía económica sin anestesia para rescatar al país de dos décadas de mal gobierno, de una oposición mediocre y de altos índices de corrupción. Sin pelos en la lengua, se mostró como la única alternativa diferente a las demás por ser representante genuino del modelo económico y productivo de Santa Cruz, el cual fomenta la generación de empleos, de riqueza, de oportunidades, de producción de alimentos y divisas para el país.

El evento cerró con la participación de Amparo Ballivián, cuya intervención, aunque breve, reiteró muchas de las propuestas ya expuestas. La jornada dejó en claro que, a pesar de la diversidad de discursos, las coincidencias entre los candidatos fueron notables: reducción del Estado, autonomía regional, estabilidad económica y reforma judicial. Sin embargo, las ausencias de Tuto Quiroga y Manfred Reyes Villa evidenciaron su mediocridad política en un evento por demás propositivo. La falta de interés en el debate refleja su apego a una política del siglo pasado.

Este foro demostró que Bolivia está en un punto de inflexión, donde los ciudadanos deben evaluar con detenimiento quiénes ofrecen verdaderas soluciones y quiénes solo reciclan promesas vacías. El liderazgo para un nuevo ciclo está en juego, y eventos como este permiten afinar el criterio de un electorado cada vez más exigente.

Alberto De Oliva Maya | Columnista