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El Bayern sufrió lo indecible para pasar a los octavos de final de la Champions League. Todo estaba a su favor tras ganar la ida en Glasgow (1-2), pero el Celtic se avanzó en la segunda mitad. Un gol de Nicolas Kühn, un ex del equipo muniqués, llevaba la eliminatoria a la prórroga, hasta que, en el último minuto del añadido, sin un Harry Kane sustituido en el descanso, Alphonso Davies clasificó a los bávaros, cuyo rival en sorteo del viernes será Atlético o Bayer Leverkusen.
Pese al gol de ventaja de la ida, el Bayern salió volcado, dispuesto a sentenciar la eliminatoria, pero se encontró con un Celtic atrevido que intentó salir jugando el balón y creó varias ocasiones claras para avanzarse en el marcador.
El Celtic puso patas arriba la eliminatoria al sacar partido de una sucesión de errores de la defensa alemana. Maeda interceptó una mala entrega de Stanisic, Kim llegó tarde al corte ante Kühn y el alemán, ex del Bayern (2020-2021), batió solo a Neuer (63").
El Bayern se volcó, imprimió velocidad a su juego, intentó de todas las maneras encontrar el gol que evitara la prórroga, pero Schmeichel resistió el asedio. Quien estuvo más cerca de empatar fue de nuevo Goretzka con un cabezazo en plancha que salió rozando el poste.
Cuando la prórroga parecía inevitable, en el último minuto de añadido, Davies salvó al Bayern. Schmeichel sacó un cabezazo de Goretzka y, en el rechace, el lateral canadiense empujó el balón pese al intento de Carmeron Carter-Vickers de despejarlo sobre la línea.
Sufriendo, de la manera más imprevista, el Bayern se clasificó con el susto en el cuerpo y sigue soñando con la final del 31 de mayo en su estadio, el Allianz Arena. Desenlace cruel para un bravo Celtic.