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La de este domingo 23, que abre el Festival de Viña 2025, bien puede considerarse como la “noche Miami” del evento. La presencia estelar del salsero Marc Anthony, además del comediante George Harris y del grupo Bacilos, todos afincados en la célebre ciudad de Florida, Estados Unidos, le dieron un peculiar toque internacional al debut de la nueva era del máximo hito del espectáculo criollo.
Como se anunció, la transmisión televisiva se adelantó, aunque se había dicho a las 21.15, finalmente fue a las 21.21. En la obertura, con bailarines en escena, se sacó provecho de la espectacular escenografía instalada para esta temporada, la que consigue un efecto inmersivo gracias a los 1.000 metros cuadrados de pantallas LED.
La animadora debutante, Karen Doggenweiler, sorprendió e hizo historia al aparecer sola en el escenario, para luego presentar a su partner, Rafael Araneda. “Que arranque el Festival”, señaló, marcando la nueva etapa de Viña a cargo de la alianza de Mega, Bizarro y el Municipio de Viña.
Luego, el número musical más esperado de la noche. Marc Anthony entró al escenario poco antes de las 22.00, tras una presentación de los animadores que incorporó un aplauso a ritmo de salsa que le fue enseñado al público una media hora antes del arranque por el argentino Joaquín Mendez.
En su cuarta presentación en Viña, tras sus pasos de de 2009, 2012 y 2019, el salsero neoyorquino confirmó el arrastre que tiene en el país, lo que se comprueba en que las entradas para esta jornada inaugural se vendieron en apenas 12 horas.
De hecho, como detalló La Tercera Domingo, la encuesta Descrifa señaló que en la previa, el público proyectaba que esta noche sería la mejor del Festival, y Marc Anthony era el artista más esperado.
El show del intérprete se concentró en sus éxitos más reconocidos, algo así como lo que mostró en sus recientes shows sold out en el Movistar Arena en septiembre pasado, como parte de su Historia Tour. Aunque arrancó con Pa’llá voy, un tema más reciente de su discografía, su arreglo clásico de salsa gatilló de inmediato la respuesta del público. Más cuando siguió con el hit Valió la pena, coreado por el público que contaba con extendida presencia venezolana. Eran notorias las banderas del país caribeño, las camisetas con los colores patrios y hasta los cintillos en apoyo al comediante caraqueño George Harris.
En escena, Marc Anthony es un consumado showman. No solo muestra una bien trabajada capacidad como intérprete (por ejemplo, el dramatismo que le impone a Estoy enamorado) también acompaña con fluidos pasos de baile los segmentos instrumentales y las intervenciones de sus coristas. Domina con propiedad el escenario de punta a punta, anima al público y mantiene la tensión del show. Hay algunos cortes, como Abrázame muy fuerte cuyo arreglo más cercano a una balada ochentera refresca la presentación, pero baja algo la energía del ambiente.
Como manda el manual, el show alterna momentos se material más pistero, con temas más románticos como Y hubo alguien, también coreado por el público, que esta noche tuvo un marcado acento caribeño.
Casi a la media hora del show, el “Monstruo” brindó un cerrado aplauso y no pocos comenzaron a pedir la Gaviota. Marc Anthony, se vio emocionado con el gesto y con su estilo lacónico presentó la siguiente canción, Flor Pálida. El público, en los palcos y galería, soltaba los pasos de baile como si fuera una salsoteca en cualquier punto de Latinoamérica.
Un momento emotivo fue cuando despachó su conocida versión del clásico ¿Y cómo es el?, de José Luis Perales, un tema que tiene historia con Viña y que el respetable siguió como un karaoke masivo. Un minuto transversal, para una canción clave en el repertorio latinoamericano.
Marc Anthony, ha logrado ocho números uno en la lista Hot Latin Songs de Billboard, además de múltiples premios Grammy y Latin Grammy. A su estantería va a sumar otra Gaviota de Plata, que le fue entregada por el público en la primera entrada de los animadores. Para el bis, pasaron hits como la encendida y bailable Mala, Te conozco bien y Tu amor me hace bien. El “Monstruo” bramó y le entregó la Gaviota de oro, en una nueva intervención de los animadores, con una aplomada y suelta Doggenweiler. Luego vino la última canción de la noche, el hit Vivir mi vida.
En suma, la apertura de Viña 2025 tuvo un número musical de alto nivel con Marc Anthony, quien salvo algunos puntuales problemas en el sonido de sala, demostró su arrastre y su calidad artística. Probablemente se podrían haber aprovechado mejor las nuevas pantallas de la Quinta, pero su show, que promedió 34,7 con peak de 38,2 puntos de rating, se concentra en su repertorio y su capacidad como intérprete. Valió la pena.