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La crisis por la falta de diésel en Bolivia se agudiza y genera alarma en distintos sectores productivos. En Santa Cruz, los cívicos denunciaron que el país ha colapsado y exigieron al Gobierno soluciones inmediatas para evitar un desabastecimiento generalizado.
Las largas filas de cisternas en la refinería de Palmasola reflejan la gravedad del problema. Decenas de camiones esperan cargar combustible, mientras la incertidumbre crece entre transportistas, gremiales y empresarios del agro.
El presidente del Comité pro Santa Cruz, Stello Cochamanidis, cuestionó la falta de información por parte de YPFB y del Gobierno nacional.
“Bolivia ha colapsado. Existen centenares de cisternas esperando combustible, pero Yacimientos no da la cara. Que salga Luis Arce, que salga el de Yacimientos y digan si hay plata o no para comprar combustible”, manifestó Cochamanidis tras una inspección en Palmasola.
La situación no solo afecta a los transportistas, sino también a los comerciantes y productores. Desde la Cámara de Transporte del Oriente (CTO), Erland Melgar alertó que la crisis podría impactar directamente en la cosecha de productos esenciales como caña de azúcar, maíz, soya y arroz. “Necesitamos entre 70 y 90 millones de litros de combustible para garantizar la cosecha en los próximos 45 días. La pregunta es: ¿el Gobierno está en condiciones de garantizarlo?”, cuestionó.
Los gremiales también expresaron su preocupación. Edgar Álvarez, dirigente del sector en Santa Cruz, advirtió que la falta de diésel podría paralizar la producción y distribución de bienes de consumo, afectando directamente a la economía familiar.
“Si no tenemos productos que vender, no hay ingresos para nuestras familias. Es una cadena que impacta a todos los bolivianos”, señaló.
El panorama en las estaciones de servicio también es crítico. Desde mediados de febrero, los conductores de transporte pesado y buses interdepartamentales han reportado largas esperas para abastecerse de combustible, llegando incluso a permanecer más de dos días en fila.
En Santa Cruz, los transportistas deben esperar hasta 48 horas para cargar combustible, mientras que, en Cochabamba, las estaciones dejan de vender incluso antes de las 4 de la tarde.
Más de 600 cisternas están varadas en Paraguay y al menos 250 unidades están detenidas en YPFB Santa Cruz debido a la falta de pago y la crisis económica que atraviesa Bolivia. La escasez de combustible y la falta de dólares han generado un colapso en el transporte pesado, afectando tanto la importación como la exportación de bienes esenciales.
Héctor Mercado, presidente de la Cámara de Transporte Pesado, denunció que los surtidores están limitando la venta de diésel a montos de entre 1.000 y 1.500 bolivianos, lo que dificulta aún más el trabajo de los transportistas.
“Este ya no es un tema de la ANH ni de YPFB, es un problema de la economía del país”, expresó Mercado.
El dirigente del transporte reveló que hay entre 600 y 700 camiones varados en Paraguay debido a la falta de pago a los proveedores de combustible, mientras que, en YPFB Santa Cruz, al menos 250 unidades están detenidas sin poder descargar.
“No hay dólares en Bolivia y eso afecta directamente la importación de combustible”, explicó.
“Tenemos cientos de unidades paradas en San Ignacio de Velasco, PFC, Frigor y Fridosa. Esto implica pagar sobreestadías por contenedores y refrigerados que están detenidos”, detalló Mercado.
Desde el sector del transporte, se han planteado diversas soluciones al Gobierno, incluyendo la liberación del dólar para facilitar la importación de diésel y la agilización de los permisos de exportación. Sin embargo, según Mercado, el Gobierno no está tomando medidas efectivas.
“El Gobierno soluciona el problema no dando la cara”, lamentó.
Mercado destacó que la crisis económica se refleja en el encarecimiento de productos y la falta de flujo de dinero en el país, lo que, según el dirigente, impactará cada vez más a la población en general.
“Las soluciones están en manos del Gobierno, pero no las quiere dar”, concluyó.