A lo mejor el diputado masista Rolando Cuéllar, quien asegura haber perdido cinco litros de sangre (eso explica muchas cosas), sabe algo que todos ignoramos. Tal vez tenga la información sobre la creación de un “antiNobel” algo así como los premios Golden Raspberry o anti-Oscars que se otorgan a lo peor del cine de Hollywood. El tosco parlamentario ha propuesto que Luis Arce sea postulado para ganar el premio Nóbel de economía y, si no es que está haciendo humor negro, posiblemente está confundido y lo que sugiere es lo opuesto. Más allá de cualquier broma o tontería y hablando en el plano de lamentable, no cabe duda que el premio más ignominioso se lo merece la ciudadanía boliviana, digna del mayor trofeo por soportar sin chistar autoridades como Cuéllar o como Arce, campeones de la torpeza y la inoperancia. Veremos si después de las elecciones los bolivianos nos llevamos la medalla de oro, aunque lo más conveniente sería enterrarnos vivos o inmolarnos si repetimos el error del perro mencionado en la Biblia que vuelve sobre su propio vómito.