“La democracia deja de serlo cuando asume que la aritmética de las mayorías parlamentarias establece lo que es justo y lo que es injusto, mediante leyes sin discernimiento moral alguno”. —Pukymon
Liberalismo
democrático
El liberalismo democrático propone que
cada persona sea libre de elegir cómo alcanzar su felicidad y prosperar según
su talento y esfuerzo. En cambio, el socialismo y el populismo requieren
quitarles a unos para darles a otros, lo que nos lleva a la igualdad en la
pobreza.
Los gobiernos socialistas y populistas
planifican la vida de las personas, eliminan su responsabilidad, su libertad y
su derecho a buscar su felicidad. Son sistemas contrarios a la naturaleza
humana, porque cada individuo es un fin en sí mismo.
La diferencia es clara: ¿quieres libertad
o un sistema donde el Estado decide por ti?
Una población educada puede tomar mejores
decisiones. Necesitamos formar ciudadanos con ética, cultura general y
conocimientos científicos y tecnológicos. Es clave enseñar a los jóvenes que no
hay un solo discurso válido, que siempre hay alternativas, y que deben
atreverse a cuestionar lo que se presenta como verdad absoluta. Así progresa la
sociedad: nacen nuevas ideas, y todos nos beneficiamos.
Debemos comunicar las ideas de libertad y
progreso de forma directa, breve y accesible. No se trata de obligar a la gente
a leer tratados de economía, sino de mostrarles cómo el libre mercado influye
en su vida diaria: la música que escuchan, las apps que usan, los productos que
eligen.
Podemos usar técnicas como subtítulos
llamativos, gráficos, spots o redes sociales. Si las personas pasan horas en
TikTok, el mensaje debe estar ahí, de forma dinámica y entretenida.
Propuestas
para construir un Estado democrático con buenos ejecutores
Los planes de gobierno son como una
receta de cocina: se necesita la receta, los ingredientes y un buen cocinero.
De nada sirve tener la mejor receta si no hay quién la ejecute bien. Si el
cocinero es malo, el locro será un desastre.
Bolivia necesita una propuesta clara y un
equipo de expertos que encamine al país y lo saque del abismo al que lo llevó
el MAS. Durante años, sus gobiernos nos acullicaron y ahora nos escupen.
Se requiere un estadista como presidente
y un equipo de gobierno con profesionales capacitados y responsables. Cocalero
y cajero, a su cato y a su cacha.
El
MAS en modo Lucho: populismo estatista y burocrático
Luis Arce afirma que en los próximos
comicios se enfrentarán dos visiones del país. Según él, una es la neoliberal,
que apuesta por la economía de mercado y la privatización, mientras que la
otra, la del MAS, busca una Bolivia industrializada que erradique la pobreza y
las desigualdades.
La realidad es que este discurso
populista ha generado empresas públicas deficitarias, subsidiadas por el
Estado, creadas más por comisiones y pegas para los masistas que por el bien
común.
Surge
una alternativa liberal democrática
Se presenta como alternativa Jaime Dunn
de Ávila, respaldado inicialmente por ADN y con probabilidades de sumar apoyo
del MNR y otras fuerzas. Está construyendo una coalición renovadora con un plan
de gobierno serio que atienda las demandas económicas, políticas y sociales del
país.
Dunn plantea: “Bolivia no necesita un
salvador, sino una receta de salvación, con un equipo que aplique las medidas
necesarias para restablecer la economía nacional”.
Se define como liberal: cree en el
derecho a la vida, a la propiedad privada, en la seguridad jurídica y en el
derecho de cada persona a buscar su propio proyecto de vida. “El Estado no debe
dar, debe dejar hacer”.
Debate
necesario y visión de futuro
Debe abrirse un debate serio sobre la
Constitución, el federalismo, el tamaño del Estado y la solución de la crisis
económica. El problema económico es coyuntural, pero la pregunta es: ¿qué
hacemos después? ¿Qué visión de país tenemos? Si no hay un plan claro,
volveremos a la crisis.
Es urgente reconstruir la
institucionalidad democrática para atender los problemas estructurales del
país.
Ahora es nuestro turno como ciudadanos:
debemos decidir, unirnos y apoyar una propuesta política seria, con un equipo
capacitado. Una propuesta que exija responsabilidad, esfuerzo y talento, no una
que prometa bonos, pegas o catos de coca.
ovidioroca.wordpress.com